El portavoz de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, ha dado la legislatura prácticamente por finiquitada tras verse cara a cara con Pedro Sánchez para tantear el apoyo de su formación política. Según sus palabras, el presidente del Gobierno ha mostrado signos de estar «tocado» anímicamente, lo que ha llevado al dirigente catalán a lanzar un llamamiento a las fuerzas de izquierdas y separatistas para que aprovechen «el tiempo que queda» antes de que se agote el actual ciclo político.
Durante su intervención parlamentaria, Rufián no ha ocultado su impresión tras su reciente encuentro con Sánchez. «He visto a un hombre afectado, sinceramente golpeado en lo personal», ha asegurado. Sin confirmar si el fin de la legislatura está próximo, el dirigente de ERC ha dejado claro que, para él, el final se intuye cercano: «No sé cuánto tiempo queda, nadie lo sabe, pero debemos emplearlo en avanzar lo máximo posible».
El diputado republicano ha pedido a las formaciones separatistas —en especial aquellas que forman parte del espacio a la izquierda del PSOE— que cierren filas en lo que podría ser la última etapa del mandato actual. «Sea cual sea el desenlace, deberíamos esforzarnos en garantizar derechos y mejorar la vida de la gente», ha reclamado, en un tono marcado por cierta urgencia y resignación.
Rufián ha planteado que, en lugar de centrarse en cálculos electorales o en batallas internas, la izquierda debería volcarse en dejar una herencia social tangible antes de que el escenario político cambie. En su opinión, ese debería ser el compromiso de quienes siguen apostando por transformar el país desde una perspectiva progresista.
El discurso del portavoz de ERC llega en un momento de creciente incertidumbre sobre la estabilidad del Ejecutivo, minado por escándalos de corrupción, tensiones entre socios y un desgaste político que ha debilitado su margen de maniobra parlamentaria. La percepción de que el final del mandato puede estar más cerca de lo previsto comienza a abrirse paso entre algunos de sus apoyos tradicionales.