La mala situación a bordo de los barcos en los que viven encerrados guardias civiles y policías nacionales es cada vez más dantesca
La asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC) ha remitido una carta a La Gaceta, escrita por un mando del Instituto Armado que se encuentra desde hace seis semanas en el barco de Piolín amarrado en el puerto de Barcelona. En ella denuncia las malas condiciones en las que viven y los incumplimientos por parte del ministerio del Interior de sus compromisos con los agentes.
Son muchos los documentos audiovisuales que han trascendido de la mala situación en la que viven los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional que tuvieron que abandonar los hoteles en los que se alojaban en Cataluña por la presión que los elementos separatistas estaban haciendo sobre ellos. Pero nunca un documento tan pormenorizado había sido publicado.
Ahora, desde IGC, quieren que esta carta sirva para mostrar que no se puede mantener esta situación por más tiempo y que, lo que era una medida escepcional y de poca duración, se está alargando en el tiempo hasta estremos que son difíciles de soportar.
Por su interés, reproducimos la carta íntegramente:
Buenas noches, aprovechando que estoy de servicio, para variar, te cuento un poco cómo va esto de defender a España desde un barco de los Loony Tunes.
Llevamos aquí desde el día 21 de septiembre. El único ingreso que nos han hecho han sido 720 euros brutos, aplicando el IRPF se me quedó en 572. Suficiente para pasar aquí 40 días según alguien, no nosotros.
Las condiciones de vida en el famoso barco del Piolín no son, ni por asomo, las contratadas. Empezando por la comida, algo esencial según la Pirámide de Maslow, es una auténtica bazofia. Para desayunar: salchichón, cereales y pan, eso cada día. El café sabe a colonia. De hecho, cuando desayunamos nos tenemos que bajar al bar a pedir un café -1.20 € si quieres café, claro-.
Con respecto a la comida, según los listos del Estado Mayor, es muy saludable comer pasta de lunes a lunes, mañana y noche, durante 40 días y sumando. Un segundo, carne, que cuando vas a pedir, te dicen los mismos que sirven: “Pide lo otro que la carne no hay quien se la coma”. La ensalada, con suerte la vemos una vez a la semana al medio día y los lácteos, desde que llegamos el día 21 de septiembre, no los hemos vistos por ningún lado. Si quieres yogures, vete al Mercadona que el estado mayor te lo pagará con tu sacrificio.
Con respecto a la cena, es más de lo mismo: pasta de primero, como te dije antes de lunes a lunes mañana y noche, eso no cambia. Una vez a la semana lentejas, que desde que estoy aquí hemos descubierto que las lentejas se cenan. Pero no te creas que son tupidas no, que va, es sopa de lentejas. Te puedes imaginar, caldo marrón con unas 50 o 60 lentejas flotando, todo un manjar.
Si no, sopa de pimiento, literal, unos trozos de pimiento verde, rojo y amarillo flotando en un plato con un caldo que mejor no te digo el color que tiene.
Qué pasa con todo esto, pues que la gente ni come, ni cena en el barco, se tiene que gastar el dinero en comer fuera si quieres comer medio decente. Un dinero que por cierto no te corresponde, por estar en el barco, al pagarte estancia, alojamiento, comida y lavandería que ahora iré paso a paso.
Estaremos alrededor de 1.000 personas. La comida más o menos la he detallado. La lavandería, como comprenderás, después de tener pagada la misma por el EM, lo más normal es que la gente se vaya a la calle a lavar la ropa, aún teniéndola pagada en el barco.
“Preferimos llevar la ropa a las lavodoras”
Yo, en 40 días, no he llevado ropa a la lavandería del barco porque o viene igual que va (SIN LAVAR) o te la pierden, o viene rota, y lo más curioso es que nadie se hace cargo de los desperfectos. Por eso el 80%, y entre ellos yo, preferimos llevar la ropa a las lavadoras/secadoras que por 10 euros te la traes limpia y seca con seguridad. Dinero que no te reembolsan al estar cubierto ese gasto como alojamiento por la SES, al igual que la comida (delicatessen para quien quiera venir al barco a degustarla). De hecho, no aparece por allí ni Dios.
Con respecto a la limpieza, deja muchísimo por desear. Hasta el punto de que la gente, incluido yo, compramos lejía para limpiar el baño, limpiamuebles para quitar el polvo y limpiacristales para limpiar los espejos. La aspiradora con suerte aparece cuando cambian las sábanas, o sea, una vez a la semana y durante cinco minutos.
Los camarotes no tienes ventilación, con lo que no puedes airear los mismos salvo que dejes la puerta abierta. La ropa está en los pasillos colgada al igual que los zapatos, no hay ventanas en los camarotes, ni espacio físico para dos personas. Tienen una medida de 3.80 de fondo por 2 metros de ancho para gente que mide como mínimo 1.85. Tampoco hay armarios para guardar la ropa. Habitualmente o la dejas en la maleta o la medio colocas donde puedas, pero armarios no hay en ningún camarote. Eso sí, este barco de travesía de un día o dos, es muy válido para meter a 1000 personas durante 40 días y lo peor de todo que no tienen pensamiento de que se vaya.
Pagan a diario 140.000 €, un gasto innecesario cuando podrían buscarnos otro sitio donde estar. La gente, después de tanto tiempo, está comenzando a no poder dormir. Yo también tengo insomnio y si duermo es durante el día. Por la noche un par de horas y el resto despierto por la ansiedad que genera estar allí enlatado. Pero eso no sale en ningún lado, eso lo sufrimos los que estamos viviendo allí como si fuéramos marinos de ultramar. Los olores de heces y pis en la popa del barco son exagerados. Al lado tenemos una fábrica química, imagina lo saludable que es el aire que respiramos. Las condiciones en las que el Gobierno nos tiene son, no pésimas, mucho peor que eso y nadie hace nada por solucionarlo aun a base de quejarnos a diario.
Instalaron Wifi en el barco, pero únicamente está disponible en el bar del mismo y rellanos de las escaleras entre plantas (4, 5 y 6, 7). Dijeron al Estado Mayor que había wifi en todas las habitaciones (camarotes), lo que no es cierto. De hecho, en las interiores por no haber no hay ni cobertura de teléfono móvil.
El aire acondicionado, o funciona caliente o no funciona, y no veas el calor que hace en un camarote todo el día dando el sol y sin poder abrir una ventana al no haberla. Otra cosa son las vistas, coches de seat a un lado y a otro. Vivimos en un barco de travesía de dos días, imagina la habitabilidad, cómo es para alojar a 1000 personas.
Lo único que pedimos es que nos saquen de ahí. Que nos lleven a algún sitio donde haya árboles y podamos ver algún pájaro, aunque sea un gorrión.
La gente hoy mismo me preguntaba que si hay psicólogo en la comandancia, que quieren verlo porque tienen ansiedad y estrés. Eso es lo habitual, pero como nos pagan 95€ diarios sin aplicar IRPF que son 78 en mi caso y algo más en el de los guardias al quitarle menos IRPF, está todo pagado. Estamos fuera de la orden general de servicios, hacemos las horas que tengamos que hacer y por supuesto sin librar ni un puto día. O estás trabajando de presente o estás de localización de 30 minutos, 1 hora u hora y media. Imagínate 40 días sin poder desconectar, y pendiente del teléfono por si te llaman para salir corriendo. 40 días sin ver a la familia y sin vistas de poder verla ni que vengan a verte al no saber si vas a poder estar con ellos o tendrás que trabajar.
Los que estamos en el barco somos los más perjudicados en todo. No nos corresponde ni un duro, hacemos servicios en instalaciones críticas mañana, tarde y noche y cuarteles de Guardia Civil, cosa que no hacen ni en Gerona, ni en Lérida. Me conformo con que me saquen del barco y me lleven a otro sitio me conformo, aunque no me paguen nada.
“A los jefes también se nos acaba la paciencia”
Por eso, este correo es un mensaje de socorro. A nosotros no nos hacen ni puto caso y por eso necesitamos de vuestra ayuda. Según los representantes de la Secretaria de Estado y Seguridad, estamos como reyes en el barquito del Piolín, lo que dista muchísimo de la realidad, como te he relatado. Los jefes frenamos mucho al personal, pero a los jefes también se nos acaba la paciencia y tenemos que ser realistas.
Creo que esta tomadura de pelo está llegando al límite. Una cosa es que vengas para un par de semanas y otra que se prorrogue indefinidamente en el tiempo hasta que se solucione el problema de Cataluña. Han tenido tiempo más que de sobra para buscarnos otro alojamiento, pero es más cómodo tenernos enlatados en un barco con una comida despreciable, una limpieza inexistente, un trato pésimo y cada día se agudiza más la situación personal del barco. En breve comenzarán peleas, desavenencias, etc, etc…
Esto es lo que realmente pasa en el barco. Ojalá pudiéseis conseguir que nos trasladaran a otro sitio mañana mismo, aunque fuese a un cuartel militar, pero que tengas sensación de libertad y no de estar viviendo una odisea y sentirte como un presidiario en la cárcel, sin poder dormir y sin poder descansar.
Bueno, que esa es mi vida antes de aplicar el 155 y después.
Un abrazo, ya me dices y ojalá nos podáis sacar del suplicio este del barco.
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