Exige el cese de amenazas del 155 y promete llegar tan lejos como Puigdemont. A pesar del empeño de algunos grandes medios en calificar de dialogante la actitud del presidente atuonómico Quim Torra, la realidad se impone, tozuda.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha exigido que cesen las «amenazas» de una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y se ha mostrado «dispuesto» a «llegar tan lejos» como su predecesor, Carles Puigdemont, en el proceso hacia la independencia.
Un día después de su conferencia en el Teatro Nacional de Cataluña, en la que defendió un acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez para celebrar un «referéndum vinculante» de autodeterminación y llamó a la ciudadanía catalana a movilizarse por los «presos políticos y exiliados», Torra viajaba a Bruselas con el grupo parlamentario de JxCat para reunirse con Puigdemont.
Comparecían después los dos ante los medios y reclamaban al Estado que «abandone la cultura del 155» y permita un «diálogo franco» y una negociación sin «amenazas».
Torra añadía, además, que «no aceptará» condenas en el juicio a los dirigentes independentistas por el 1-O y evitaba descartar explícitamente la opción de abrir prisiones si las sentencias no son absolutorias.
Puro diálogo…