Un vecino de Murcia llamado Mariano ha relatado cómo fue víctima de una violenta agresión mientras paseaba por la mota del río en su ciudad. Según cuenta, un grupo de cinco o seis jóvenes de habla árabe lo atacaron sin motivo aparente, dejándolo con heridas graves que requirieron intervención quirúrgica. Algunos apuntan que esta brutal paliza podría estar relacionada con un ritual de iniciación de una banda juvenil.
El ataque ocurrió cuando Mariano caminaba tranquilamente por la zona. En un momento dado, los agresores se distribuyeron a los lados del camino, lo que le pareció sospechoso. «Me empujaron por la espalda y me golpearon en la cabeza con una porra extensible. Intenté escapar, pero me pusieron una zancadilla y caí al suelo. Al caer, los huesos del hombro se me salieron», relata Mariano, quien asegura que solo uno de los jóvenes fue quien se ensañó con él mientras los demás observaban.
Los golpes continuaron con brutalidad, según su testimonio, hasta que el agresor, cubierto con una capucha, lo lanzó por la ladera hacia el río. «Gracias a la maleza me frené y no caí al agua. Me vi muerto en un momento», recuerda. El resultado de esta agresión fue devastador: «Tengo una placa con diez tornillos en el hombro, la cabeza llena de grapas, la oreja recompuesta con catorce puntos, una costilla rota y el húmero fisurado. Me han dejado hecho un Cristo», explicó durante una conexión en directo con ‘TardeAR‘.
Mariano también reflexiona sobre el motivo del ataque. Asegura que no se trató de un robo, ya que no intentaron quitarle sus pertenencias. «Esto no es una agresión para robar. Si lo fuese, me habrían quitado las cosas al principio. Creo que podría ser un ritual de iniciación. Tal vez querían demostrar valentía o cumplir un bautizo para entrar en alguna banda», afirma.
El caso ha generado alarma y preocupación en la comunidad, mientras las autoridades investigan lo ocurrido. Este tipo de agresiones, que parecen no tener móvil aparente, plantean serias cuestiones sobre la seguridad en la zona y el aumento de la violencia juvenil organizada. Por su parte, Mariano continúa recuperándose de las heridas físicas y psicológicas tras el aterrador incidente.