«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Con Sánchez ha aumentado 3,3 millones la población de origen inmigrante

Un estudio revela que en España habrá más extranjeros que nacionales a partir del año 2045 a consecuencia de las políticas migratorias

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Un estudio elaborado por el prestigioso demógrafo Alejandro Macarrón y adelantado por The Objective ha confirmado lo que muchos llevan tiempo presagiando: si se mantienen las tendencias actuales, los españoles autóctonos podrían convertirse en minoría en su propio país a partir de 2045. En algunas provincias, como Alicante, ese escenario podría producirse incluso una década antes, concretamente en 2035. Todo ello como resultado de una combinación de factores: la caída sostenida de la natalidad, el envejecimiento de la población y la llegada masiva de inmigrantes, en muchos casos sin control suficiente por parte del Estado.

El informe, desarrollado desde CEU-CEFAS a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y Eurostat, plantea una evolución demográfica tan acelerada como inquietante. Según Macarrón, lo que está ocurriendo en España es una «semidesintegración de la españolidad demográfica» que, de no revertirse, acabará transformando por completo la composición poblacional del país en apenas dos décadas. Las primeras provincias en experimentar esta transición serían aquellas que combinan un alto flujo de inmigración con un progresivo envejecimiento, como Barcelona, Gerona o Madrid, que según el modelo alcanzaría este punto de inflexión en 2038.

Cataluña y el País Vasco están especialmente afectados por este fenómeno, y sus cuatro provincias verían cómo la mayoría de su población es de origen foráneo en torno al año 2039. A este ritmo, solo Córdoba mantendría la mayoría de población autóctona más allá de 2070, seguida por Badajoz y Cádiz. Para Macarrón, «la sustitución no es una fantasía ideológica, sino una proyección basada en datos reales».

Aunque el horizonte planteado parece lejano, el proceso ya está en marcha. Entre 2003 y 2024, la cantidad de jóvenes nacidos en España con edades comprendidas entre los 20 y 39 años —el grupo clave para la reproducción y el sostenimiento social y económico— se ha desplomado en casi un 37%. Hace dos décadas eran más de 12,4 millones; ahora no superan los 7,8 millones. Esta reducción de casi cinco millones de personas jóvenes nativas ha sido provocada tanto por el desplome de los nacimientos como por el saldo migratorio negativo de los españoles en ese intervalo.

El balance desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno también es revelador. Mientras la población extranjera ha crecido en más de 2,7 millones de personas, los españoles autóctonos han descendido en 621.000. Si se incluyen los cerca de 600.000 niños nacidos de madre extranjera en ese periodo, el cambio neto es aún más marcado: una pérdida estimada de 1,2 millones de nacionales y un aumento de 3,3 millones en la población de origen inmigrante.

Actualmente, hay más de 9 millones de personas nacidas fuera de España viviendo en el país, lo que representa el 18,5% del total de la población, una de las cifras más altas de Europa. Los principales orígenes son Marruecos, Colombia y Rumanía, y los núcleos de asentamiento más significativos se encuentran en Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

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