La comisaría de la Policía Local de Mataró (Maresme) sufrió el pasado domingo un intento de asalto por parte de una decena de personas que irrumpieron por la fuerza hasta el vestíbulo de las instalaciones, generando una situación de máxima tensión. Pese al esfuerzo de los agentes presentes, el grupo logró atravesar la entrada principal, una puerta corredera de cristal, que fue forzada violentamente.
El episodio tuvo lugar poco antes de las diez de la noche, coincidiendo con el cierre de la feria de atracciones de la ciudad. Según fuentes del sindicato policial SPLCME, todo comenzó cuando varios adolescentes fueron sorprendidos amenazando con armas blancas a menores en la feria. Los agentes intervinieron y, para salvaguardar a las víctimas, las trasladaron a la comisaría, mientras se contactaba con sus familias para que acudieran al lugar.
Momentos después, un grupo de unas quince personas —descritas por los agentes como extremadamente agresivas— se presentó en el edificio policial. Entre ellas, un hombre de origen subsahariano que, según la versión sindical, encabezaba al grupo y reclamaba con gritos intimidantes la puesta en libertad de su hermano, quien en realidad no se encontraba detenido. En su arrebato, llegó a amenazar con “traer a todo el barrio y quemar la comisaría”.
La tensión se prolongó hasta que los menores, bajo custodia, fueron entregados a sus tutores. Fue entonces cuando el tumulto comenzó a dispersarse, aunque la situación generó un fuerte malestar entre los agentes, quienes insisten en que, de haberse producido en otro momento del día, con menos efectivos en el interior, el resultado podría haber sido mucho más grave. En esa franja horaria coincidieron el turno entrante y el saliente, lo que permitió una respuesta inmediata con alrededor de 14 policías. “De haber sido de madrugada, no habríamos podido detenerlos”, aseguran desde el sindicato.
El SPLCME señala este episodio como una nueva prueba del estado de vulnerabilidad en el que se encuentra la sede policial. Desde finales de 2023, según denuncian, vienen alertando al Ayuntamiento de Mataró de carencias estructurales que afectan directamente a la seguridad del recinto. Entre ellas, destacan la inexistencia de un sistema de doble puerta en el acceso, la falta de barreras físicas adecuadas y la ausencia de elementos de protección que impidan una entrada directa a zonas sensibles.
Los representantes sindicales subrayan que en la comisaría también trabaja personal civil y se almacenan tanto pruebas judiciales como armamento, por lo que cualquier incursión no controlada podría tener consecuencias desastrosas. Recuerdan que en diciembre pasado, el entonces director de Seguridad —ahora Jefe de Servicio— remitió un informe con propuestas concretas de mejora, sin que hasta la fecha se haya dado respuesta ni implementado ninguna de las recomendaciones.