«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Los okupas han interpuesto cinco denuncias contra el dueño

Un grupo de okupas se apoderan de un apartahotel en Mallorca y amenazan al administrador: «Dicen que la ley les ampara»

Tres de los okupas que permanecen en el apartahotel. ÚLTIMA HORA

Un grupo de individuos han ocupado varias habitaciones de un apartahotel en Cala Bona, en Mallorca, aprovechando el cierre del establecimiento durante la temporada de invierno. El incidente comenzó el pasado fin de semana —durante el Real Madrid-FC Barcelona—, cuando los okupas accedieron al edificio y se instalaron de manera ilícita en varias de las estancias. Desde entonces, al menos cuatro individuos permanecen en el lugar, negándose a abandonarlo.

La gerencia del apartahotel Sol i Mar descubrió la situación al personarse en el lugar, tras percatarse de que las habitaciones estaban siendo utilizadas de forma ilegal. Según fuentes del establecimiento, los okupas habrían sustraído llaves y causado numerosos daños materiales, lo que llevó a los responsables a cambiar las cerraduras de algunas puertas. Sin embargo, esta acción dejó a algunos de los okupas sin acceso a sus pertenencias, lo que desató una nueva escalada de tensiones.

Mientras que la propiedad del hotel ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil por usurpación de uso, los okupas han contraatacado con cinco denuncias contra el dueño, acusándolo de coacciones, allanamiento de morada y detención ilegal. Según ha trascendido, durante uno de los enfrentamientos, los okupas amenazaron al administrador del hotel, advirtiéndole de que «la ley les ampara».

Las autoridades investigan lo ocurrido, aunque la situación sigue generando polémica por la delicada legislación en torno a este tipo de casos. Desde la dirección del apartahotel insisten en la gravedad de los daños ocasionados por los okupas y en su intención de recuperar el control del edificio, que permanece cerrado al público debido al fin de la temporada turística.

El caso ha puesto de nuevo en el centro del debate el problema de las ocupaciones ilegales y las dificultades que enfrentan los propietarios para recuperar sus inmuebles. A medida que las tensiones aumentan, tanto la gerencia del hotel como los okupas permanecen a la espera de una resolución judicial que determine el futuro del edificio.

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