Renfe vuelve a ser víctima del saqueo sistemático de cobre, un metal que se ha convertido en el talón de Aquiles del transporte ferroviario español. Este domingo, un nuevo robo de cableado entre Palencia y la localidad de Monzón de Campos ha provocado importantes alteraciones en la circulación de trenes, generando demoras medias de hasta 40 minutos en la línea convencional que une Palencia con Cantabria. Los convoyes, obligados a reducir la velocidad en la zona afectada, mantienen la circulación pero con restricciones.
La incidencia, que no impacta en otras líneas convencionales que conectan Palencia con Burgos, Asturias o el País Vasco, ha sido confirmada por Adif a través de su cuenta en la red social X a las 13.11 horas. Según el comunicado, el robo se produjo en el tramo comprendido entre Monzón de Campos y Arroyo de Villalobón, afectando tanto a trenes de viajeros de media y larga distancia como a servicios de mercancías. Equipos técnicos ya trabajan en la reparación de la infraestructura para normalizar la situación lo antes posible.
Este nuevo acto delictivo se produce tan sólo dos semanas después del caos vivido el 4 de mayo, cuando una oleada de robos de cobre en cinco puntos distintos de la provincia de Toledo dejó fuera de servicio varios trenes durante esa noche, causando graves trastornos el lunes siguiente a más de 16.000 pasajeros. La incidencia, que afectó de lleno al corredor ferroviario entre Madrid y Andalucía en plena Feria de Abril, fue calificada como «sabotaje» por el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien denunció que el móvil económico de estos actos resulta incomprensible: los 150 metros de cable robados apenas alcanzaban los 300 euros en valor de mercado.
No obstante, la justicia rebajó la gravedad de los hechos. Un juzgado de Toledo optó por investigar el suceso como un «robo con fuerza», descartando por el momento la intencionalidad política o estratégica sugerida inicialmente por el Ministerio.
El problema, lejos de ser anecdótico, ha adquirido una magnitud preocupante. En el último año, se contabilizaron 4.433 sustracciones de cobre y materiales conductores en toda España, lo que representa un incremento del 87% respecto a las cifras registradas en 2019. Muchos de estos robos se concentran en entornos ferroviarios, provocando interrupciones constantes en la operativa.