Una joven agricultora llamada Miriam Delgado se ha rebelado contra la expropiación de tierras y la tala de olivos centenarios que están sufriendo miles de agricultores en Andalucía con la permisividad de Pedro Sánchez y Juanma Moreno Bonilla para contentar a empresas multinacionales extranjeras vinculadas al negocio de las energías renovables. En un vídeo difundido en redes sociales, Miriam lanza un emotivo alegato en defensa del campo español, alertando de las consecuencias que tendrá esta política sobre el presente y el futuro del mundo rural.
«¿Es el precio que tenemos que pagar? ¿Destruir nuestro ecosistema? ¿Destruir nuestro mundo rural?», se pregunta indignada. Su denuncia se produce tras conocerse que, con el aval de los gobiernos central y autonómico, se están promoviendo expropiaciones de fincas agrícolas para instalar macroplantas solares, muchas de ellas gestionadas por grandes corporaciones internacionales que, según denuncia, se lucran con ayudas millonarias procedentes de fondos europeos.
Miriam, visiblemente emocionada, se presenta como agricultora y ganadera. «Estoy aquí para defender mi trabajo, mi futuro, pero también mi presente», afirma. Reclama respeto por el campo andaluz y denuncia el abandono institucional que, a su juicio, está permitiendo que las raíces de la economía rural sean arrancadas para dejar paso a negocios especulativos disfrazados de sostenibilidad.
La joven asegura que no se opone a las energías renovables, pero sí a que estas se impongan «a costa del sacrificio de quienes llevamos generaciones cuidando esta tierra». En su mensaje hace un llamamiento directo a la ciudadanía: «Únete a SOS Rural«, dice, en referencia a una plataforma ciudadana que busca frenar los proyectos de macroparques solares que invaden tierras de cultivo.
Esta plataforma, según explica, pretende defender los derechos de los agricultores y ganaderos ante lo que consideran un modelo de transición energética injusto y desequilibrado, que no respeta ni la propiedad privada ni el arraigo social y cultural del campo. «Esas multinacionales lo que hacen es llenarse los bolsillos destruyendo nuestro sector primario», sentencia Miriam.