Miles de agricultores procedentes de 20 Estados miembros de la Unión Europea se han concentrado este lunes en Bruselas, convocados por la organización COPA-COGECA, para denunciar el proceso de desmantelamiento encubierto de la Política Agraria Común (PAC) que impulsa la Comisión Europea y exigir un presupuesto estable, dedicado y ajustado a la inflación para el sector primario.
La protesta, celebrada frente a la sede de la Comisión, ha reunido a organizaciones agrarias de países como España, Francia, Hungría, Italia, Austria, Países Bajos, Suecia, Portugal o Bélgica, en una muestra de unidad sin precedentes del campo europeo.
El objetivo: frenar una reforma que pretende diluir la PAC en un único fondo de cohesión, eliminar su estructura tradicional en pilares diferenciados y avanzar hacia una peligrosa renacionalización que pondría fin a uno de los instrumentos fundamentales de soberanía alimentaria de Europa.
En su comunicado, COPA-COGECA ha alertado de que «sin una línea presupuestaria protegida para la agricultura, la PAC colapsará como un castillo de naipes» y ha criticado los planes de la Comisión para presentar este julio una propuesta precipitada, sin claridad en los recursos ni consulta adecuada al sector.
La organización agraria ha reclamado una revisión profunda del Marco Financiero Plurianual (MFP) post-2027, con un presupuesto agrícola robusto y salvaguardado frente a los intereses ideológicos.
La manifestación ha servido también para denunciar las consecuencias de las políticas climáticas impuestas por Bruselas bajo el paraguas del Pacto Verde Europeo, cuya aplicación está provocando un encarecimiento insostenible de los insumos, restricciones absurdas y competencia desleal con terceros países. A estas políticas se suman los acuerdos comerciales firmados por la Comisión con Mercosur y Marruecos, que suponen un golpe directo al modelo productivo europeo.
Para los agricultores, la intención de desmantelar la PAC y subordinarla a intereses ideológicos y burocráticos representa un ataque directo a su modo de vida, a la seguridad alimentaria del continente y a la economía de miles de municipios rurales.
Durante la jornada, las organizaciones han acusado a los grandes partidos del sistema de ser cómplices de esta deriva. En particular, se ha criticado al Partido Popular, cuya delegación en el Parlamento Europeo vota junto al socialismo el 90% de las medidas impulsadas por el Pacto Verde.
Los manifestantes han exigido a los eurodiputados compromisos firmes en defensa del sector. Esta misma semana se debatirá en el Parlamento Europeo una iniciativa sobre los aranceles a los fertilizantes: una prueba decisiva para comprobar si los partidos del consenso socialdemócrata están dispuestos a actuar o seguirán traicionando al campo europeo.
La movilización ha contado con la participación del grupo Patriotas por Europa, cuyos eurodiputados han respaldado a los agricultores y han denunciado el papel destructivo de las élites comunitarias. La representante de VOX, Mireia Borrás, ha recordado que «con la seguridad alimentaria de los europeos no se juega» y ha acusado directamente al PP y al PSOE de ser «los cómplices de aquellos que están asesinando al campo».
«Decimos que no a los recortes, no a ese fondo único que pretende desmantelar la PAC y sí a una PAC estructurada, con fondos fuertes y suficientes y, por supuesto, con un presupuesto robusto que garantice la soberanía, la seguridad alimentaria y la actividad económica del sector primario», ha señalado Borrás, quien ha advertido que si la Comisión no rectifica, «seguiremos sacando los tractores a las calles».
La eurodiputada húngara Csaba Dömötör (Fidesz) ha insistido en que la PAC es el corazón de la cooperación europea: «Si está en peligro, toda la cooperación europea lo está». Ha acusado a la Comisión de anteponer sus planes ideológicos a las necesidades reales del campo: «Nosotros escuchamos a los agricultores. Ellos pueden contar con patriotas».
Mathilde Androuët, de Agrupación Nacional, ha recordado que la Comisión Europea está decidida a fusionar los fondos agrarios con los de cohesión, en una maniobra que reducirá aún más el apoyo directo a los productores. «Es necesario proteger a nuestros agricultores, sus fondos y su seguridad económica si queremos defender la soberanía alimentaria», ha afirmado.
Con esta jornada de movilización, el campo europeo ha vuelto a poner en el centro del debate una verdad incómoda para los burócratas de Bruselas: sin PAC no hay agricultura, sin agricultores no hay alimentos, y sin alimentos no hay futuro.