Tras un caótico lunes en el que el robo o «sabotaje» —según el Ejecutivo— de cableado de cobre en diversas zonas de Toledo provocó interrupciones significativas en la conexión de alta velocidad entre Madrid y Andalucía, afectando a miles de pasajeros, este martes Renfe se enfrenta a nuevos trastornos en su operativa.
Un fallo técnico ocurrido durante la maniobra de un convoy vacío en las instalaciones ferroviarias de Can Tunis, en Barcelona, ha generado importantes complicaciones tanto para Renfe como para Iryo, según han confirmado portavoces de ambas operadoras. La incidencia, provocada por el descarrilamiento de un eje, ha alterado los planes de salida de varios trenes programados para la mañana de este martes.
En el caso de Renfe, dos trenes de largo recorrido —uno con destino a Sevilla y otro a A Coruña, previstos para las 8.30 y las 9.00 respectivamente— se han visto afectados. Los viajeros están siendo reubicados en otras unidades con mayor capacidad, mientras los equipos técnicos trabajan para restablecer la normalidad cuanto antes.
La compañía Iryo, por su parte, ha informado de demoras significativas en sus primeras salidas de la línea que conecta Barcelona con Madrid. Cuatro de sus trenes han sufrido retrasos medios de más de tres horas, aunque la empresa asegura estar tomando medidas para recuperar la puntualidad progresivamente. A los usuarios afectados se les están ofreciendo varias alternativas: devolución del importe, cambios de billete o la posibilidad de continuar con la demora.
Mientras tanto, la empresa pública Adif ha subrayado que el problema se originó en una instalación ajena a su responsabilidad directa, desligándose así de cualquier vinculación con la avería. En un comunicado difundido en redes sociales, Adif ha advertido que los servicios de alta velocidad que parten desde la estación de Barcelona Sants podrían experimentar demoras puntuales a lo largo del día.
El incidente ha generado numerosas quejas de los usuarios, especialmente dirigidas a Iryo a través de las redes sociales. Hasta el momento, muchas de estas reclamaciones no han recibido respuesta pública por parte de la compañía.
Este nuevo contratiempo llega apenas 24 horas después del colapso ferroviario causado por la sustracción de cable en Toledo, que dejó en vilo a los trenes de alta velocidad del sur peninsular y obligó a miles de personas a afrontar largas esperas o a buscar rutas alternativas.
