Cuatro agentes de los Mossos d’Esquadra resultaron heridos en San Adrián de Besós (Barcelona) mientras intentaban desocupar un piso que, horas después, ha sido ocupado nuevamente. La policía catalana ha decidido no intervenir esta vez para evitar un nuevo enfrentamiento, limitándose a documentar la situación y remitir el caso al juzgado.
Durante la noche, los Mossos acudieron al lugar tras recibir una alerta por una alarma que había saltado en el piso, previamente desocupado con autorización judicial. Al llegar, un grupo de personas intentó impedirles el paso, desatándose un enfrentamiento directo. En el transcurso de la intervención, un hombre golpeó a uno de los agentes en las escaleras, lo que derivó en su detención. Sin embargo, extraer al detenido del bloque se convirtió en una operación de alto riesgo, ya que los policías fueron recibidos con pedradas y otros objetos contundentes. Uno de los agentes recibió un impacto directo en la cabeza, aunque su casco antidisturbios evitó lesiones graves. Otros dos agentes también resultaron heridos durante el operativo.
La mañana siguiente, el piso que había sido desocupado volvió a registrar actividad. Los okupas que protagonizaron los incidentes de la noche anterior lograron recuperar el control del inmueble sin resistencia policial. Aunque los vecinos alertaron a las autoridades, la policía decidió no intervenir por motivos que aún no han sido esclarecidos oficialmente. Según fuentes policiales, esta medida busca evitar una nueva escalada de violencia con los residentes de la zona, conocidos por su hostilidad hacia los agentes.
La situación en la Mina contrasta con las declaraciones recientes de la consejera Núria Parlon, quien aseguró que el barrio había sido pacificado tras los esfuerzos realizados en los últimos meses. Sin embargo, los acontecimientos más recientes, incluyendo un tiroteo con 150 disparos registrado semanas atrás, evidencian un panorama muy distinto. Agentes que trabajan en la zona denuncian que estas acciones de retirada solo fortalecen a los grupos conflictivos, quienes continúan ganando terreno y control en el barrio.
En este contexto, la alcaldesa de San Adrián de Besós, Filo Cañete, no ha emitido declaraciones públicas al respecto, a pesar de su habitual actividad en redes sociales. Mientras tanto, los patrullajes del ARRO de los Mossos se han intensificado, aunque por ahora no hay planes para retomar el control del piso ocupado. Agentes consultados han advertido que esta estrategia de inacción podría tener graves consecuencias, alimentando la percepción de impunidad entre los alborotadores. «Lejos de estar controlado, el barrio está más caliente que nunca», aseguran los agentes, quienes lamentan la pérdida de autoridad que está sufriendo la policía en esta zona conflictiva.