«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Urkullu y Sánchez crean un grupo de trabajo para el acercamiento de etarras

Pedro Sánchez ha iniciado con Urkullu la ronda de reuniones con los presidentes autonómicos. Los encuentros comienzan con el lehendakari por ser el País Vasco la comunidad autónoma con el Estatuto más antiguo.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Íñigo Urkullu, han acordado crear un grupo «bilateral y permanente» para el traspaso de las 37 competencias pendientes en el Estatuto de Gernika.
En rueda de prensa, tras reunirse con Pedro Sánchez, en La Moncloa, Urkullu también ha informado de que se conformará otro grupo de trabajo para «la normalización» de la política penitenciaria y el acercamiento de presos etarras a las cárceles vascas si bien no se ha fijado un calendario ni un horizonte para la modificación del sistema.
En definitiva, los dos presidentes han acordado crear dos comisiones bilaterales, la primera para abordar las transferencias pendientes y la segunda para abordar una «nueva política que supere las medidas de excepcionalidad» y evite el desarraigo social de las personas penadas «y facilite su reinserción».
Respecto a este último asunto, Urkullu ha dicho entender «las razones de cautela» del presidente, por lo que le ha asegurado que las iniciativas que se desarrollen serán en el ámbito «de memoria, reconocimiento y reparación a las víctimas».
«Creo que es momento de avanzar en la convivencia normalizada», ha precisado Urkullu, que ha garantizado a Sánchez el «respaldo mayoritario» de las instituciones y de la sociedad vasca a las decisiones que se pueda adoptar en esta línea. Y ha explicado que habían acordado mantener «una relación directa en materia de convivencia».

Reflexión sobre el modelo de Estado

En la reunión «cordial y positiva», según el lehendakari, también se ha abordado la necesidad de hacer una reflexión sobre el actual modelo de Estado desde la asunción de «una realidad plurinacional y la existencia de hechos diferenciales que demandan un tratamiento propio y singular». «No hemos hablado de ruptura sino de convivencia desde el respeto mutuo», ha subrayado.
Además, Urkullu ha planteado a Sánchez explorar la vía de una «convención constitucional» que permita interpretar el espíritu originario del pacto que supuso la Constitución. «Esto supone apostar por un constitucionalismo útil al servicio de resolver los problemas y no enconarlos», ha dicho.
En el corto plazo, Urkullu ha informado de que se abordarán los dos traspasos de ferrocarriles que dan cumplimiento a una sentencia firme del Tribunal Constitucional. Y ha anunciado que se convocará la Comisión Mixta de Transferencias el próximo mes de julio para materializar estos traspasos de las líneas Bilbao-Basauri y Alonsotegi-Barakaldo.
Además, se convocará un encuentro de trabajo de los equipos jurídicos de ambos gobiernos para analizar y encauzar los recursos pendientes ante el Tribunal Constitucional. A juicio de Urkullu, con esta reunión se ha abierto «una puerta a la relación institucional para garantizar una dinámica de trabajo estable y constructivo».
Pedro Sánchez ha iniciado con Urkullu la ronda de reuniones con los presidentes autonómicos. Los encuentros comienzan con el lehendakari por ser Euskadi la comunidad autónoma con el Estatuto más antiguo.

40 reuniones Moncloa-Ajuria Enea

El terrorismo ha planeado sobre las cuarenta reuniones mantenidas por los sucesivos lehendakaris con los presidentes del Gobierno desde 1980, en las que también se habló de avances en el autogobierno en función de que el partido gobernante en España necesitara más o menos los votos del PNV en el Congreso.
La reunión que este lunes han mantenido Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu hace la número cuarenta de las mantenidas por los cinco lehendakaris y los cinco presidentes del Gobierno que ha habido desde la restauración del Gobierno vasco en 1980.
A esta de Sánchez y Urkullu se llega después de que el PNV apoyara la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al Gobierno y con el lehendakari dispuesto a reclamar un cambio en la política penitenciaria tras el fin de ETA, así como el traspaso de las competencias pendientes al País Vasco.
Gobierno González:
Nada nuevo en la agenda de este tipo de encuentros desde el primero que mantuvieron el 13 de enero de 1983 Felipe González y Carlos Garaikoetxea. En sus catorce años en el Gobierno, González se reunió en tres ocasiones con Garaikoetxea y seis más con su sucesor José Antonio Ardanza.
El desarrollo del Estatuto vasco y la cesión de competencias se fueron desgranando a lo largo de las tres reuniones entre González y Garaikoetxea y las seis González-Ardanza.
Era Aznar:
José María Aznar llegó a La Moncloa en mayo de 1996 y ese mismo mes, el día 14, recibió al lehendakari José Antonio Ardanza en la primera de las seis entrevistas que mantuvieron ambos dirigentes.
El PNV había apoyado la investidura de Aznar como presidente del Gobierno y Ardanza le pidió al presidente del Gobierno que esa nueva relación se materializase en hechos concretos para acabar con la desconfianza histórica entre ambos partidos.
El 1 de octubre volvieron a verse y acordaron impulsar las comisiones bilaterales para el traspaso de competencias o la ley del Concierto Económico Vasco.
Ya en 1997, el 10 de febrero, una nueva reunión entre Aznar y Ardanza coincidió con dos atentados de ETA y paulatinamente las relaciones PP-PNV se fueron enturbiando a cuenta de la lucha contra el terrorismo.
En un par de ocasiones el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, se sumó al encuentro Aznar-Ardanza para normalizarlas.
Tras las elecciones vascas, Juan José Ibarretxe llegó a Ajuria Enea y enseguida, 20 de enero de 1999, se reunió con Aznar en plena tregua de ETA.
Aznar se mostró dispuesto a acompasar la política penitenciaria a los posibles avances en el cese definitivo de la violencia.
Hasta en seis ocasiones se reunieron Aznar e Ibarretxe desde ese primer encuentro. En la segunda, 20 de abril de 1999, se volvió a hablar de acercamiento de presos, algo que el presidente del Gobierno condicionó al cese definitivo de la violencia de ETA y a una condena expresa del terrorismo por parte de todos los partidos vascos.
El 1 de diciembre de ese año ambos dirigentes volvieron a reunirse en un clima de distanciamiento cada vez mayor y con la ruptura de la tregua de ETA sobre la mesa.
Llega Rodríguez Zapatero:
Las relaciones entre el Gobierno vasco y el central, ya con el PP con mayoría absoluta en el Congreso, quedaron rotas desde entonces hasta el 26 de julio de 2004, con José Luis Rodríguez Zapatero en el Ejecutivo.
Zapatero e Ibarretxe se reunieron en nueve ocasiones y el elemento recurrente en esos encuentros fue el Plan Ibarretxe considerado por el presidente del Gobierno como «un callejón sin salida que dividía a los ciudadanos vascos» por lo que se aseguró que «nunca se aplicaría».
Ambos dirigentes celebraron varias reuniones condicionadas por el terrorismo, como la que sirvió en abril de 2006 para analizar el alto el fuego de ETA, o las de enero y junio de 2017, en las que trataron el atentado de la T-4 y la posterior ruptura oficial del alto el fuego de la banda terrorista.
Mayor entendimiento hubo cuando llegó al Palacio de Ajuria Enea el lehenadakari socialista Patxi López, que se entrevistó en cuatro ocasiones con Zapatero y ambos constataron sintonía absoluta en la política antiterrorista.
Reuniones con Rajoy:
Tras su llegada al Gobierno, Mariano Rajoy se reunió en enero de 2012 con Patxi López, quien le solicitó sin éxito un cambio de la política penitenciaria ante el nuevo escenario del cese de la violencia de ETA.
Después de que el PNV volviera al Gobierno vasco, Mariano Rajoy mantuvo cuatro reuniones con el lehendakari Iñigo Urkullu, dos de ellas con carácter discreto, en las que se habló sobre todo de economía y de las consecuencias de la crisis económica, aunque con el fin de ETA también en la agenda.

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