«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Cuentan con piscina interior climatizada, spa, sauna y gimnasio completo

Vecinos de Ojén (Málaga) se rebelan ante el alojamiento de inmigrantes ilegales en un hotel de lujo: «Mi hija no puede salir a la calle»

Hotel de Ojén (Málaga). Redes sociales

Los vecinos de Ojén han dicho «no» a la presencia de más de 100 inmigrantes ilegales en un hotel de lujo del municipio malagueño, tras conocerse que el Gobierno ha alojado a este grupo en las instalaciones del Wellness Marbella, un exclusivo complejo situado en plena Sierra de las Nieves. La noticia ha generado un notable malestar entre los residentes, que afirman haberse enterado de la llegada de los inmigrantes solo después de que el partido VOX denunciara públicamente el traslado.

El establecimiento, que hasta hace poco ofrecía servicios de alta gama como piscina interior climatizada, spa, sauna, gimnasio completo y tratamientos estéticos de alto coste, ha dejado de admitir nuevas reservas y no responde a llamadas telefónicas, lo que ha aumentado el desconcierto en la localidad. Según la propia página web del hotel, se ofertaban masajes especializados —como reflexología o técnicas tailandesas— y servicios faciales con precios que oscilaban entre los 65 y los 85 euros.

La polémica se ha extendido también a las redes sociales, donde numerosos usuarios han comparado la atención que están recibiendo los inmigrantes ilegales con las dificultades que aún sufren ciudadanos españoles afectados por desastres naturales recientes, como la erupción del volcán de La Palma o las inundaciones causadas por la riada de Valencia.

La llegada de estos inmigrantes se enmarca en la política migratoria del actual Ejecutivo, que ha sido duramente criticada por sectores que consideran que las medidas de acogida priorizan a los recién llegados frente a las necesidades de la población nacional. La elección de un hotel con prestaciones de lujo como alojamiento provisional ha contribuido a encender aún más los ánimos. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Ojén no ha emitido declaraciones oficiales sobre la situación, y el hermetismo en torno al operativo ha generado incertidumbre tanto entre los vecinos como entre los medios locales.

«Mi hija no puede salir a la calle, y si sale es acompañada. A mi también me da miedo, es normal, nos han traído inseguridad y han metido a personas que no conocemos y no sabemos si tienen buenas intenciones», ha denunciado una madre de la localidad. Otro vecino critica que, a diferencia de lo prometido —que no saldrían y que estarían controlados—, se ha encontrado una realidad contraria: «Llevan dos días con la puerta abierta paseando por el pueblo y por las carreteras, y la preocupación vecinal crece».

Por último, otro vecino defiende que pese a tener todos derecho a una vivienda, esta no debe ser la solución: «Todo el mundo merece un techo, pero no así. Debemos arreglar los problemas en sus países de origen y no promover avalanchas migratorias y luego proporcionarles móviles, ropa, comida, hoteles… Porque nuestros hijos, que son españoles, no tienen ayudas ni para comprar una vivienda», concluye.

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