«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Se han cometido 4.804 infracciones penales en apenas tres meses

Vitoria ya sufre más de 53 delitos al día, la mayor cifra desde que existen registros, por la inmigración ilegal masiva

Ertzainas detienen a un inmigrante. Redes sociales

Un hurto cada 100 minutos, un robo con violencia al día y un acuchillado por semana. La delincuencia ha alcanzado cotas nunca vistas en Vitoria a consecuencia de la inmigración ilegal masiva y del deterioro progresivo de la seguridad ciudadana. Lo que antes era una ciudad reconocida por su tranquilidad, su civismo y su entorno amable, hoy se enfrenta a una preocupante espiral delictiva que ha disparado las alarmas entre agentes, jueces, comerciantes y vecinos.

Los datos oficiales recopilados por la Ertzaintza y la Policía Local y adelantados por El Correo Álava durante el primer trimestre de 2025 son elocuentes: se han cometido 4.804 infracciones penales en apenas tres meses, lo que se traduce en una media diaria de 53,3 delitos registrados. Esta cifra, inédita en la capital alavesa, confirma una tendencia al alza que no solo afecta a la cantidad de delitos, sino también a su creciente gravedad.

Agresiones con arma blanca, atracos a plena luz del día y asaltos a personas mayores se han convertido en incidentes habituales. Durante el reciente puente de San Prudencio, por ejemplo, dos ancianos fueron brutalmente atacados en menos de una hora en los barrios de Santa Lucía y Adurza. Ambos acabaron en el hospital. Ese mismo fin de semana se contabilizaron cinco atracos en apenas 35 horas.

Desde los juzgados de Instrucción, situados en la Avenida de Gasteiz, se confirma esta tendencia: «Nos llegan más casos, y más graves», indican fuentes judiciales, señalando que actualmente se tramitan unos 17 asuntos penales al día, dos más que hace un año. Esta sobrecarga amenaza con colapsar el sistema.

Lo mismo apuntan los agentes destinados a las comisarías de Portal de Foronda, Aguirrelanda y José Erbina. «Antes eran hechos puntuales. Ahora vemos delitos violentos a cualquier hora del día, en cualquier zona», lamenta un ertzaina. Los robos con fuerza y con violencia han crecido notablemente, generando un efecto de inseguridad generalizada en las calles y en los hogares.

La pequeña delincuencia también ha crecido de forma visible. En supermercados y tiendas de barrio, los hurtos son continuos. «Nos sentimos desamparados. Rogamos a los responsables municipales que vengan una tarde cualquiera a comprobar cómo se llevan la mercancía sin pudor alguno», denuncia una empleada de una cadena de alimentación del barrio de Coronación.

Este deterioro de la seguridad no es nuevo, pero se ha intensificado drásticamente en los últimos años. En 2007, con una población menor en casi 30.000 habitantes, se registraban unos 30 delitos diarios. En 2019 la cifra se situaba en 41. Con la pandemia bajó a 36,2. Desde entonces, el aumento ha sido constante hasta alcanzar el pico actual.

Mientras tanto, ni el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, encabezado por Bingen Zupiria (PNV), ni el área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Vitoria, dirigida por César Fernández de Landa (también del PNV), han querido hacer declaraciones sobre esta preocupante evolución, pese a que las estadísticas proceden de cuerpos que ellos mismos gestionan.

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