En su huida hacia delante para convertir Estados Unidos en una tiranía woke, el presidente demócrata Joe Biden pretende que los padres adoptivos firmen un contrato de promoción de la ideología LGTBI en sus hijos adoptivos.
Los «requisitos de colocación segura y adecuada en hogares de adopción” exigen que los estados garanticen que los niños LGBTQ sean ubicados en entornos ‘libres de hostilidad o discriminación'».
También exige a los adoptantes potenciales recibir cursillos que les permitan desarrollar «conocimientos y habilidades para satisfacer las necesidades de los niños LGBTQ».
La propuesta se basa en una «encuesta confidencial reciente» que muestra que el 32% de los niños dados en adopción entre los edades de 12 y los 21 años se identifican con una orientación sexual o identidad de género diversa. El proyecto también cita un estudio de 2019 realizado por un grupo de profesores de psicología según el cual los jóvenes LGBTQ+ tienen casi 2,5 veces más probabilidades que los heterosexuales de vivir en hogares de acogida.
Pero hay más estudios que botellines, como ya sabe todo el mundo, y organizaciones como la Comisión de Ética y Libertad Religiosa (ERLC) de la Convención Bautista del Sur acusan a la administración de Biden de «seleccionar» pruebas para crear la «falsa premisa» de que el único medio de brindar a los niños un lugar de adopción seguro es afirmar su sexualidad LGBTQ.
En un comunicado, la citada comisión asegura que «la familia de acogida no debería estar obligada a coincidir con las creencias políticas, espirituales y de otro tipo de un niño para ser considerada segura y adecuada. La fe bíblica de un padre adoptivo con respecto a la sexualidad y la identidad de género no resta valor a su capacidad de dar una cálida acogida en su casa a un niño. Inevitablemente, habrá muchas creencias en las que el niño y la familia no estarán de acuerdo».
El grupo predice que si se implementa el mandato, provocará una reducción sustancial en el ya deficiente número de hogares de acogida en Estados Unidos.
Sam Whiting, abogado del Massachusetts Family Institute (MFI), declaró a The Epoch Times que el mandato potencialmente pone a los padres adoptivos con hijos biológicos en peligro de ser etiquetados como abusivos e incluso podría llevar a que el estado les retire también la custodia de sus hijos propios.
Esto «alienará, si no excluirá» a muchas familias religiosas que estaban considerando acoger a sus hijos, una predicción que ya ha demostrado ser cierta en algunos estados, advirtieron los legisladores.
Algunos estados ya están rechazando a posibles padres adoptivos por sus creencias religiosas contrarias a la ideología LGBTQ.