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Es un consistorio formado íntegramente por musulmanes

Los progresistas lamentan su apoyo a los musulmanes en un pueblo de Michigan por impulsar la retirada de la bandera LGTBI

La bandera LGTB en la fachada sur de la Casa Blanca. Twitter de la Casa Blanca

El estamento «woke» no será vencido por la derecha: se destruirá a sí mismo. Es una coalición de tribus incompatibles entre sí que solo permanecen unidas por el odio a un enemigo común: la civilización occidental.

La prueba está en un pueblecito cercano a Detroit, casi un barrio, que ostenta el dudoso honor de contar con un consistorio formado íntegramente por musulmanes, desde el alcalde hasta el último concejal. Este logro fue saludado en su día como una gran victoria por las fuerzas progresistas del lugar, incluidos los grupos LGTBI, que contribuyeron sustancialmente.

Ahora, sin embargo, lo lamentan. Porque este pasado junio, Mes del Orgullo, Hamtrack planteó la primera resistencia abierta contra la tiranía arcoíris. El Ayuntamiento de Hamtramck ha votado por unanimidad una resolución que prohíbe que la bandera del Orgullo LGTBI ondee en las instalaciones públicas de la ciudad.

La resolución, propuesta por el alcalde interino Muhammad Hassan, también prohíbe que se ondeen banderas de grupos religiosos, étnicos, raciales, políticos o de orientación sexual y sólo permite izar la bandera de las barras y estrellas, junto con las banderas estatales y municipales.

La resolución fue aprobada «después de tres horas de comentarios públicos y meses de intenso debate», informó Detroit Free Press. «Hassan y otros miembros del consejo dijeron que la comunidad LGBTQ+ y otros son bienvenidos en Hamtramck pero que deben respetar la libertad religiosa», reza el artículo. «Algunos defensores de la resolución dijeron que la bandera del Orgullo choca con su fe. Varios oradores recordaron que los soldados estadounidenses se sacrificaron por la bandera de Estados Unidos, no por la bandera del Orgullo».

«Hay una sensación de traición», declara al británico The Guardian la ex alcaldesa de Hamtramck, Karen Majewski. «Os apoyamos cuando os amenazaron, y ahora nuestros derechos están amenazados y sois vosotros la amenaza».

El nuevo alcalde Amer Ghalib, un yemení-estadounidense, dijo a The Guardian que los defensores LGTBI están creando tensión al «imponer sus agendas a los demás». Y añadió: «Hay una reacción exagerada ante la situación y algunas personas no están dispuestas a aceptar el hecho de que han perdido».

La votación que prohibió el despliegue de simbología gay despertó una enorme expectación en el consistorio, lleno de ciudadanos interesados en el resultado. Una mujer que se oponía a la medida se puso una nariz de payaso y pronunció un discurso emotivo y bastante incoherente, antes de besar a otra mujer, con la consiguiente consternación de los ediles. «Son bienvenidos», dijo el concejal Nayeem Choudhury. «Pero, ¿por qué es necesario exhibir la bandera en una propiedad del Gobierno para estar representada? Ya estáis representados. Ya sabemos quiénes sois».

La mayoría de los inmigrantes musulmanes de la ciudad proceden de dos países, Yemen y Bangladesh. Un hombre que emigró de Yemen a los 7 años ridiculizó a quienes quieren que las banderas del Orgullo ondeen en los mástiles del Gobierno diciendo que «no saben… lo que es vivir bajo una represión de verdad».

Dijo que debía su éxito primero a «Dios todopoderoso» y «luego a este gran país». Evocando a los soldados de la Segunda Guerra Mundial que murieron para asegurar «la paz, la prosperidad y la libertad», dijo: «Es vergonzoso y bochornoso tener cualquier otra bandera que no sea la bandera estadounidense en edificios públicos. Tienes la libertad de exhibir lo que quieras en tu casa o tus negocios privados.»  

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