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Y EL RIESGO PARA LOS MENORES

EEUU intensifica el debate sobre TikTok por sus vínculos con el régimen chino

TikTok. Europa Press

La red social china TikTok se enfrenta hoy más que nunca a una posible restricción de su actividad en Estados Unidos. La proliferación de pornografía infantil y de casos de depredadores sexuales en la red –sumada a los vínculos que mantiene con el Gobierno chino– ha hecho saltar las alarmas. 

Ya son varios los líderes políticos que han alertado sobre una posible limitación de su operatividad online. El caso más reciente es el del gobernador de Florida, Ron DeSantis. El político republicano ha puesto en duda la continuidad de su uso en los centros educativos y en los dispositivos del Gobierno. La ley propuesta, bajo el título de «Ley de Derechos Digitales», afectaría no solo a TikTok, sino también a empresas como Google, y con ella se controlaría su capacidad de censurar contenido en motores de búsqueda. He ahí un elemento destacable; según recoge el texto legislativo, el personal laboral del Gobierno local y estatal tendría prohibido «coordinarse con las Big Tech para censurar discursos protegidos», poniendo fin al recorte de la libertad de expresión en los espacios digitales, del que Twitter escenifica un buen ejemplo —antes de que Elon Musk tomase las riendas— .

Gestión del contenido sensible

La aplicación, que ofrece entretenimiento a más de 50 millones menores estadounidenses, se enfrenta a múltiples críticas sobre la naturaleza del contenido que ofrece y el público al que está dirigido. Un contenido nada adecuado a la edad de sus usuarios. Así lo demuestra un estudio elaborado por el Wall Street Journal, que ha logrado atestiguar como el funcionamiento de los bots y algoritmos de la aplicación ofrecen recomendaciones de contenido nocivo o inapropiado a los menores de edad que navegan por ella. En su ensayo, el equipo del WSJ, que simuló no superar los 18 años, tropezó con más de una centena de enlaces a webs pornográficas.

El contenido sexual no ha sido el único que despierta preocupación. La publicación de casos de bulimia y ejemplos de desórdenes alimentarios, y de autolesiones o consumo de drogas, suscita cada día un mayor desasosiego entre colectivos parentales y asociaciones civiles. Varios estudios confirman esta teoría y demuestran los daños ocasionados sobre la salud mental de sus usuarios. El Center for Countering Digital Hate comprobó en un estudio reciente la recomendación de contenido relacionado con el suicidio tan solo tres minutos después de registrarse en la aplicación. 

Amenaza a la seguridad nacional

La vinculación de la red social con el Gobierno chino ha sembrado dudas sobre la seguridad de sus usuarios y el respeto a su privacidad. Responsables públicos de la talla de Chris Wray, director del FBI, han advertido sobre la amenaza que supone para la seguridad nacional. Según expone, el control de China sobre los algoritmos que recomiendan unas u otras publicaciones queda comprometido al ser éste un país «que no comparte nuestros valores». El peligro existente radica en el uso de datos de los usuarios para labores de espionaje y la utilización de las recomendaciones como arma de influencia y manipulación social. Así, también lo ha advertido Lisa Monaco, fiscal general del Departamento de Justicia, quien admite «no usa TikTok» ni «recomienda su uso». 

Durante su mandato, el expresidente Donald Trump amenazó con ilegalizar la compañía. No sin antes ofrecer una solución factible: la venta de la empresa china a una estadounidense. ByteDance, la entidad (china) a la que pertenece TikTok, se ha negado a la venta, mientras que Joe Biden ha optado por no utilizar el Comité de Inversión Extranjera del Tesoro estadounidense como herramienta para ejercer presión. Desde 2020, la empresa mantiene supeditada la gestión de los datos personales de sus usuarios a Oracle (servidor estadounidense), una medida temporal acontecida gracias a la presión de Trump. 

Las sospechas aumentan, aunque hay quienes sostienen que la aplicación no recopila más datos que otras redes sociales. Un estudio de la Universidad de Toronto analiza su política de tratamiento de datos y privacidad concluyendo que no existen evidencias sobre una trasmisión de información al régimen chino. El estudio, elaborado en base al informe de transparencia que publica la app, rechaza que plantee una amenaza para la seguridad nacional. 

El debate continúa abierto después de más de tres años de informes y estudios que ponen en cuestión su actividad. La protección de los menores que utilizan la aplicación deberá ser una de las cuestiones a abordar por futuras leyes. Ya son varios los países que han optado por restringir su actividad –la India entre ellos– y muchos otros los que así lo proponen.

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