El Banco Central Europeo (BCE) ha desvelado en un nuevo informe que prevé retirar de la circulación hasta la mitad del dinero en efectivo una vez se ponga en marcha el proyecto del euro digital. Esta transformación estructural en la concepción del dinero físico busca consolidar una moneda digital emitida directamente por el organismo central como eje de una nueva era financiera en la eurozona.
El informe del BCE estima que, por cada diez euros digitales que entren en circulación, se eliminarán cinco euros en billetes. Esta reducción significativa del efectivo forma parte de un proceso más amplio de digitalización monetaria que no sólo persigue la innovación tecnológica, sino también reforzar la soberanía económica del bloque europeo frente a otras potencias.
El impacto de esta transición no se limitaría a la desaparición progresiva del papel moneda. Según el análisis, la creación del euro digital no implicaría necesariamente una expansión del balance del propio banco central, ya que esta nueva forma de dinero sustituiría activos ya existentes, como los billetes y algunos depósitos bancarios. En otras palabras, el euro digital reconfiguraría la estructura del dinero legal, sin alterar necesariamente su volumen total.
Esta apuesta europea contrasta de forma directa con la postura adoptada por Estados Unidos. Bajo el liderazgo de Donald Trump, la administración estadounidense ha descartado completamente la posibilidad de desarrollar un dólar digital a través de la Reserva Federal. En su lugar, el enfoque estadounidense da prioridad al crecimiento del sector privado en el ámbito de los criptoactivos, considerando que esta vía garantiza mejor la competitividad y el liderazgo global de su sistema financiero.
Mientras en Europa se afianza el diseño de una moneda digital pública gestionada por el BCE, la estrategia americana apuesta por dejar la innovación en manos del mercado. Esta divergencia subraya dos visiones opuestas: una orientada al control institucional y otra al dinamismo del capital privado.
La introducción del euro digital podría, además, modificar el comportamiento financiero de los ciudadanos, afectando al uso de cuentas bancarias tradicionales y redefiniendo el concepto de liquidez dentro del sistema financiero. Aunque el BCE insiste en que la nueva moneda coexistirá con el efectivo, las cifras presentadas en su documento técnico sugieren una progresiva desaparición del billete como forma dominante de pago.