El FBI manipuló en secreto sus estadísticas sobre los delitos violentos cometidos en Estados Unidos en 2022 para favorecer a la Administración Biden-Harris.
La oficina informó en septiembre de 2023 de que los crímenes violentos cometidos en 2022 habían caído un 2,1%, y este dato fue utilizado por el Gobierno de Biden como una evidencia de sus «logros» en materia de seguridad. Un año más tarde, el FBI corrigió esas cifras; en realidad, los crímenes violentos crecieron en 2022 un 4,5%.
La oficina modificó este dato sin explicaciones y se limitó a mencionar en una nota al pie que «la tasa de delitos violentos de 2022 se ha actualizado para su inclusión en CIUS, 2023». Este escueto aviso despertó las sospechas de RealClear Investigations (RCI), quien ahora ha descubierto el escándalo.
Tras analizar la información actualizada, RCI encontró que a las anteriores cifras había añadir 80.029 delitos más: 1.699 asesinatos, 33.459 robos, 7.780 violaciones y 37.091 agresiones con agravantes.
«El presidente Trump tiene razón… otra vez», ha reaccionado la campaña republicana a la información. Y desde el American PAC de Elon Musk se han sumado a la crítica, acusando a los demócratas y a los medios de comunicación tradicionales de crear la falsa impresión de que las ciudades son seguras.
La credibilidad del FBI, ya dañada, podría empeorar con esta revelación. Según una reciente encuesta de Gallup, la mayoría de los estadounidenses desaprueban el desempeño de la agencia: un 30% lo califica como «pobre» y un 25% como «sólo regular». La división entre votantes también es notable: sólo el 23% de los republicanos o independientes con tendencias republicanas tienen una opinión favorable sobre el FBI, en contraste con el 64% de los demócratas.