La prioridad absoluta en los corredores del poder de Washington en este momento es que toda la basura que está saliendo sobre Hunter Biden no alcance a su padre, lo que a estas alturas muchos consideran imposible. Pero los demócratas van a seguir intentándolo.
Y el último de esos intentos ha sido el nombramiento por parte del fiscal general, Merrick Garland, de un «fiscal especial», David Weiss, que se ocupe de todo el caso, incluyendo sus posibles derivaciones. Algo había que hacer para no seguir pareciendo una república bananera y, a la vez, mantener el control de la narrativa.
Según informa la cadena NBC, «Weiss será responsable de la ‘investigación en curso'» del hijo del presidente Joe Biden «así como de cualquier otro asunto que surja o pueda surgir de esa investigación», dijo el Departamento de Justicia en un comunicado. Weiss pidió ser nombrado fiscal especial el martes y Garland estuvo de acuerdo en que era «de interés público» hacerlo.
El Departamento de Justicia señaló que Weiss, que ya estaba supervisando la investigación de Hunter Biden, fue nominado por el entonces presidente Donald Trump en 2017 y confirmado por el Senado controlado por los republicanos en 2018.
Hunter Biden acordó declararse culpable de cargos menores relacionados con su falta de pago de impuestos sobre la renta a principios de este año. Pero mientras estaba de pie en la corte el mes pasado esperando para presentar la declaración de culpabilidad, el acuerdo se vino abajo por la confusión sobre un cargo de arma separado.
