La compañía estadounidense 23andMe, especialista en análisis genéticos y test de ADN, ha iniciado un procedimiento voluntario de suspensión de pagos bajo la protección del Capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos para el Distrito Este de Misuri con el fin de facilitar un proceso de venta que maximice el valor del negocio de la empresa, de la que ha dimitido como consejera delegada, Anne Wojcicki.
23andMe ha solicitado la autorización del Tribunal para iniciar un proceso de venta «de prácticamente todos sus activos» y tiene previsto, con la asistencia de un banquero de inversión independiente, solicitar activamente ofertas calificadas durante 45 días. En este sentido, todo comprador deberá cumplir con la legislación aplicable en materia de tratamiento de datos de clientes y cualquier transacción estará sujeta a las aprobaciones regulatorias habituales.
Asimismo, la empresa ha solicitado diversas medidas correctivas desde el primer día, incluyendo la autorización para pagar los salarios y prestaciones de los empleados y compensar a ciertos proveedores de forma anticipada, así como la autorización para rechazar varios contratos, incluyendo los arrendamientos de inmuebles en Sunnyvale y San Francisco, con el fin de reducir los gastos operativos corrientes.
A pesar de esta declaración de insolvencia, la compañía tiene la intención de continuar operando con normalidad durante todo el proceso de venta y ha subrayado que no se han realizado cambios en la forma en que almacena, gestiona y protege los datos de sus clientes. El presidente Mark Jensen ha declarado que, «tras una evaluación exhaustiva de las alternativas estratégicas, hemos determinado que un proceso de venta supervisado por el tribunal es la mejor opción para maximizar el valor del negocio».