«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Pese al consenso universal de que su política es un «caos»

La Administración Trump logra que empresas de EEUU en China ultimen sus planes para «volver a casa»

Donald Trump. Europa Press

Parece haber un consenso universal sobre la política arancelaria de Trump: es un desastre y un caos. En cualquier caso, si su objetivo era que volvieran a Estados Unidos las empresas norteamericanas que abandonaron la patria para montar sus fábricas en China y otros lugares, esa meta se estaría empezando a cumplir.

La guerra comercial que Trump le ha declarado a China está obligando a varias firmas norteamericanas —grandes multinacionales y pymes— a salir del gigante asiático y, en algunos casos, a volver a montar sus operaciones industriales en suelo estadounidense.

Por ejemplo, Wyze Labs, con sede en Seattle. Este popular vendedor de productos para hogares inteligentes y cámaras inalámbricas a través de Amazon, reveló en la red social X que el «primer proyecto de ley arancelaria» ha «acelerado» sus esfuerzos para salir de China en dos meses, y que está estudiando restaurar las cadenas de suministro en los Estados Unidos. «Acabamos de recibir nuestra primera factura arancelaria. Importamos 167.000 dólares en reflectores y luego pagamos 255.000 en aranceles. Eso es más de lo que cobraron nuestros fundadores el año pasado», escribió Wyze en X.

Antes aún del tuit de Wyze, el director ejecutivo de los laboratorios farmacéuticos Eli Lilly, Dave Ricks, declaró en la cadena CNBC que «la amenaza de los aranceles ya está recuperando cadenas de suministro críticas en industrias importantes, como la de chips y la farmacéutica». El arancel del 145% a las importaciones chinas actúa como una poderosa palanca en la actual guerra comercial, remodelando cadenas de suministro críticas y acelerando el éxodo de China.

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