Los gobernantes, en general, han tomado buena nota durante la pandemia de todo el poder que pueden acumular explotando una crisis, sobre todo cuando su causa es universal y alejada del conocimiento público. Y no van a dejar pasar la más perfecta de todas: el cambio climático, el «terror del milenio» de nuestros días.
Así, Reuters informó el pasado martes de que «el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, emitirá órdenes ejecutivas el miércoles destinadas a abordar la crisis climática». Naturalmente, lo primero y principal de un estado de emergencia es un aumento de los poderes de la Administración y una suspensión o recorte de las libertades de los ciudadanos.
La Casa Blanca lo ha desmentido… por ahora. «No es previsible un anuncio esta semana sobre una emergencia climática nacional”, anunció la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. «Ahora bien, está sobre la mesa. Simplemente no se va a tomar esa decisión esta semana».
No es, en realidad, nada nuevo, y quien más, quien menos, todos los observadores están esperando algo así. Después de todo, el cambio climático ha sido una cuestión política desde que lo «inflara» Margaret Thatcher para promover la energía nuclear en Gran Bretaña, y su popularidad entre la clase política radica en su capacidad de ofrecer extraordinarias posibilidades de acrecentar el poder de las autoridades públicas.
The Washington Post ya ha informado de la intención de la Casa Blanca de invocar una emergencia nacional por el cambio climático. «El presidente Biden está considerando declarar una emergencia climática nacional esta misma semana, ya que busca salvar su agenda ambiental tras el estancamiento de las conversaciones en el Capitolio, según tres personas próximas a las negociaciones», se lee en el Post.
«La posible medida potencial se plantea días después de que el senador Joe Manchin III (D-WV) les dijera a los líderes demócratas que no apoya los esfuerzos de su partido para promover un paquete económico expansionista presentado este mes que incluye miles de millones de dólares para abordar el calentamiento global”, señalan. «Invocar una emergencia podría dotar a la Administración de nuevos poderes para reducir las emisiones de carbono y fomentar una energía más limpia», agregan.
«El presidente dejó en claro que si el Senado no actúa para abordar la crisis climática y fortalecer nuestra industria nacional de energía limpia, actuará en consecuencia», dijo un funcionario anónimo de la Casa Blanca en un comunicado el lunes por la noche. «Estamos considerando todas las opciones pero no se ha tomado ninguna decisión».
