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Ha servido para demonizar a los enemigos políticos

La Policía infiltró a «agentes provocadores» en el asalto al Capitolio en enero de 2021

Asalto al Capitolio. Europa Press

El asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 fue el incendio del Reichstag para el régimen demócrata de Estados Unidos. Ha servido, como su precedente histórico, para demonizar a los enemigos políticos, reprimirlos, encarcelar e incomunicar a muchos sin juicio y para montar un «tribunal revolucionario» –la Comisión del 6 de Enero del Congreso– contra todo lo que se les oponga. Se ha comparado aquella charada con Pearl Harbor y el 11 de Septiembre y se la ha clasificado de intento de golpe de Estado orquestado por Donald Trump, sobre el que pesa una vaga amenaza de arresto.

Pero casi desde el principio muchos advirtieron que demasiadas cosas no cuadraban en el límpido retrato de buenos y malos de aquella escena, empezando por la resistencia a hacer públicas las cintas de las cámaras de seguridad, que ascienden a miles de horas de grabación. La sospecha creciente a partir de algunas filmaciones y fotografías, así como el no arresto de personajes que habían figurado de forma prominente en la presunta revuelta, es que toda ella, en lo que tuvo de delictivo (aunque nunca violento), no fue si no una trampa en la que cayeron los trumpistas, una falsa bandera, una operación psicológica.

Y ese es el extremo que parece confirmarse ahora. El recientemente elegido presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, ha puesto a disposición de la estrella de la Fox Tucker Carlson el equivalente a unos cinco años (41.000 horas) de imágenes de vigilancia capturadas por las cámaras de seguridad de la Policía del Capitolio ese día.

Ya en noviembre de 2021 Carlson hizo público un documental en tres partes, ‘Purga de Patriotas’, en el que explicaba cómo los eventos del 6 de enero permitieron iniciar una segunda «guerra contra el terror» contra los ciudadanos estadounidenses que no estaban en sintonía con el régimen de Biden.

Desde principios de 2021, Carlson ha utilizado su programa nocturno para exponer el trato cruel al que se sometió a los partidarios de Trump, en prisión preventiva; planteó preguntas sobre el uso de agentes encubiertos, incluidos informantes del FBI y exigió la publicación del video de vigilancia hasta el mes pasado.

La primera pista firme de que la policía había infiltrado agentes encubiertos en la marcha fue en una denuncia penal presentada contra un tal Fi Duong en junio de 2021, y ahora esos siniestros provocadores vuelven a ser centro de atención con un hilo viral en Twitter de otro acusado por las acciones del 6 de enero, William Pope. Él incluyó descripciones de varias escenas de un video en el que agentes de la Policía Metropolitana se unen a los cánticos de la multitud y animan a la gente a avanzar hacia el Capitolio.

En junio del año pasado, ‘The Epoch Times’ informó que el Departamento de Policía Metropolitana tenía empleados encubiertos, vestidos de civil, entre la multitud el 6 de enero, en teoría para «documentar las acciones de los manifestantes y la respuesta del MPD a cualquier desobediencia civil o actividad delictiva».

Pero el vídeo al que hace referencia Pope cuenta una historia significativamente distinta. Describe Pope: «Con un guiño y un codazo, el Agente 3 le pregunta al Agente 2 si él también quiere subir allí. El Agente 2 sonríe y responde: «Te seré sincero, un poco». El Agente 1 dice «sí» y empuja a los que le rodean para que avancen mientras el Agente 2 se ríe al verlo. Cuando el Agente 1 les pregunta a los otros agentes por dónde quieren ir, el Agente 2 sugiere subir las escaleras con los manifestantes. Cerca de la base de las escaleras, el Agente 1 se une la multitud cantando. «¿De quién es la casa? ¡Nuestra!».

El Agente 1 comienza a gritar a las personas que tiene enfrente: «¡Vamos, vamos, vamos!». Mientras suben a los portabicicletas, el Agente 1 le grita a la multitud: «¡Ayúdenlo a levantarse, ayúdenlo a levantarse!», seguido de: «empujadle hacia arriba, empujadle hacia arriba! El Agente 1 también empuja a otros frente a él para que avancen hacia el Capitolio, y grita «¡vamos, vamos, vamos!», mientras los que lo rodean trepan por los portabicicletas y los andamios. Necesitando ayuda para levantarse, el Agente 1 le pide a un hombre cercano que le dé un empujón. El hombre le da al Agente 1 un empujón, y este le responde: «Gracias, hermano». A medida que el Agente 1 avanza por las escaleras, continúa instando a la multitud a seguir adelante, gritando «¡Vamos, vamos, vamos, vamos!», Seguido brevemente por «¡Sigan adelante, sigan adelante!» Estas frases se repiten a medida que el Agente encubierto avanza con la multitud. En un momento, el Agente 1 se encuentra con una mujer que intenta bajar los escalones y la disuade de intentarlo. A la mitad de la escalinata, el Agente 1 se encuentra con un hombre que reconoce que lleva una chaqueta azul y lo que parecen ser gafas de natación y una máscara de gárgola blanca con dientes de oro. El Agente 1 saluda al hombre como «Tim», y el tal Tim, vestido de civil responde: «¿Qué está pasando, hermano?».

Este video muestra claramente a los agentes de la ley encubiertos instando a la multitud a subir las escaleras y andamios hacia el Capitolio, en contra de lo que afirman fuentes gubernamentales.

Pero ahora todas las imágenes del día están en manos de Carlson. Es posible, incluso probable, que las imágenes nunca antes vistas muestren los elementos de un ataque planificado previamente diseñado por las mismas fuerzas políticas y gubernamentales que intentaron destruir a Donald Trump durante su mandato, y responderán a las preguntas que los altos funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, como el director del FBI, Christopher Wray, se niegan a responder y el comité selecto del 6 de enero enterró, una de las cuales fue el papel del FBI en la algarada.

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