«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
En los últimos meses han cerrado al menos cuatro clínicas en el estado de Nueva York

La presión de la Administración Trump logra que Planned Parenthood cierre su centro abortista de Manhattan

Clínica de Planned Parenthood. Redes sociales

La crisis financiera de la multinacional abortista Planned Parenthood, sumada al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su anuncio de eliminar completamente la financiación a estas clínicas, ha supuesto un nuevo golpe en el Estado de Nueva York. El distrito de Manhattan, con 1,6 millones de habitantes, se quedará sin centros abortistas tras el cierre definitivo de la clínica de la calle Bleecker en el SoHo, considerada durante décadas su establecimiento emblemático en la ciudad.

La organización ha decidido vender el edificio por 39 millones de dólares, según ha explicado Wendy Stark, presidenta de Planned Parenthood en Nueva York. La decisión responde a un grave déficit económico: en 2024 la entidad destinó aproximadamente 67 millones de dólares a servicios de salud, pero sólo obtuvo 36 millones en reembolsos, lo que generó un desfase de 31 millones.

La crisis no se limita a Manhattan. En los últimos meses, Planned Parenthood ha bajado la persiana de al menos cuatro clínicas en el estado de Nueva York, incluida una en Staten Island. Además, ha reducido ciertos procedimientos, dejando de realizar abortos de más de 20 semanas de gestación y eliminando la sedación profunda en la colocación de dispositivos intrauterinos (DIU) como medida de ahorro en anestesia y personal especializado.

A pesar de estos recortes, la organización sigue presionando para obtener más fondos públicos. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul (Partido Demócrata), ha propuesto destinar una parte significativa del fondo estatal de 25 millones de dólares creado en 2022 para financiar el aborto. Sin embargo, Planned Parenthood considera insuficiente esta cantidad y solicita que el fondo se incremente en 10 millones adicionales con dinero de los contribuyentes.

Según la directiva Wendy Stark, la raíz de las dificultades económicas de la entidad radica en el incremento de los costos operativos, como salarios y suministros, además del reembolso insuficiente de Medicaid, el programa de cobertura médica que atiende a más de la mitad de las pacientes de la organización. No obstante, un análisis del portal Salary.com revela que los altos ejecutivos de la empresa reciben sueldos extremadamente elevados. En 2023, Stark percibió ingresos por 2,9 millones de euros, de los cuales 1,4 millones fueron en efectivo y el resto en compensaciones y beneficios adicionales.

Frente a este panorama, Planned Parenthood ha decidido concentrar sus operaciones en la tres clínicas restantes en la ciudad de Nueva York, ubicadas en el Bronx, Brooklyn y Queens.

El cierre de la clínica ha sido celebrado por numerosos activistas provida, que durante años se han congregado frente a sus puertas en campañas de oración como las organizadas por «40 Días por la Vida». El fotoperiodista católico Jeffrey Bruno ha documentado estas vigilias durante más de una década y ha descrito el anuncio del cierre como un evento simbólicamente poderoso. «Que se haga público en la festividad de San José, protector de la Sagrada Familia, es significativo», comentó en su página web.

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