«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
«La contraofensiva es real»

Las empresas de EEUU desafían a Biden y rechazan las referencias a las políticas ‘woke’

El presidente de EEUU, Joe Biden
El presidente de EEUU, Joe Biden. Europa Press

Como si el entorno económico no fuera ya lo bastante difícil, los criterios de inversión DEI han caído como una plaga en las empresas.

Hasta hace relativamente poco, para que una empresa pudiera optar a inversiones de fondos de inversión se investigaban parámetros económicos y comerciales que indicaran que la compañía era eso, una buena inversión. Pero entonces llegaron los criterios DEI —Diversidad, Equidad e Inclusión—, y las firmas se vieron obligadas, si querían recibir el maná de los fondos más importantes, a convertirse al «capitalismo woke«, básicamente contratar a cualquiera que no sea varón, blanco, ‘cis’ y heterosexual y organizar iniciativas «ecosostenibles» y diversas.

Pero los resultados han sido los que cualquiera podía haber previsto, desastrosos, y cada vez son más las firmas que renuncian a la etiqueta, y más los fondos que desisten de exigirla. El desmoronamiento de las iniciativas de «diversidad, equidad e inclusión» se aceleró cuando los estados gobernados por el Partido Republicano en Estados Unidos empezaron a prohibir los programas DEI en 2023.

Google, Facebook y otras empresas de tecnología recortaron el personal dedicado a iniciativas DEI a finales del año pasado, y a principios de este las universidades comenzaron a recortar sus programas de diversidad coincidiendo con el cese de la presidenta de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, acusada de plagio. Gay era, a todas luces, un «nombramiento de cuota».

Para las propias empresas, esta política de los fondos fue vista desde el primer momento como una maldición, algo que sólo podía salir mal, y llevan desde el principio tratando de sacudirse de encima estos programas ideologizados y de raíz marxista, estúpidos y sin beneficio tangible alguno. Según datos de AlphaSense, las invocaciones a políticas DEI han desaparecido de un número creciente de memorias de empresas desde 2021, año de la máxima locura woke.

En enero, Johnny Taylor, presidente de la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos, confesó al portal de información Axios que los ejecutivos corporativos están hartos de los programas DEI. «La contraofensiva es real, como nunca antes«, aseguró. Los directores ejecutivos están frenando esta tendencia DEI que se había impuesto con fuerza desde la muerte del canonizado George Floyd a principios de 2020. Kevin Clayton, vicepresidente senior y jefe de impacto social y equidad de los Cleveland Cavaliers, recuerda que el papel del director de Diversidad se puso de moda en todas las empresas estadounidenses tras la muerte de Floyd, y que se contrataba casi a cualquiera para esos puestos.

El rechazo a la DEI está cobrando impulso en corporaciones y universidades. Subha Barry, ex jefa de diversidad de Merrill Lynch, dijo a Bloomberg el mes pasado: «Hemos pasado el pico. Los cambios aparentemente pequeños (ajustes legales, como los llaman los ejecutivos) están comenzando a convertirse en algo grande: el fin de una era histórica para la diversidad en el entorno laboral estadounidense y el comienzo de una nueva».

.
Fondo newsletter