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En un viejísimo feudo demócrata

Los comercios de Chicago tapian sus escaparates por miedo a las protestas proHamás y climáticas en la convención demócrata

Kamala Harris. Europa Press

El circo ha llegado a la ciudad. El circo en cuestión es la Convención Demócrata que habrá de hacer el paripé de elección de Kamala Harris como candidata demócrata, pese al abrumador rechazo de los votantes del partido en las primarias. Y la ciudad es un viejísimo feudo demócrata, Chicago, la capital norteamericana del homicidio por duodécimo año consecutivo, con 617 homicidios en 2023.

Y el circo empieza antes de que lleguen los payasos: Planned Parenthood, la multinacional del aborto, ofrece vasectomías y abortos gratis a los que acerquen a su autobús, preparado al efecto. Difícilmente podría encontrarse una mejor metáfora del futuro que prepara para Estados Unidos la nueva plataforma demócrata asegurándose de que sus votantes no se reproduzcan.

Pero hay otra condición previa inevitable en esta atmósfera prerrevolucionaria: la violencia. Se espera que decenas de miles de manifestantes acudan a las inmediaciones de la Convención Nacional Demócrata en el centro de Chicago en los próximos días, y los medios locales informan de que los comercios ya han tapiado las puertas y las ventanas con madera contrachapada ante lo que promete ser una semana caótica. Los equipos de Chicago Board Up Services dijeron a WGN-TV que al menos una docena de tiendas alrededor de West Loop, el centro de la ciudad y Daley Plaza han sido completamente tapiadas. Esperan que más negocios hagan lo mismo.

Los organizadores de la protesta principal han asegurado a NBC News que tomatán las calles con 20.000 manifestantes cerca de la Convención Nacional Demócrata. «Los 264 grupos de protesta que han dicho que participarán se centran principalmente en los derechos palestinos, en poner fin a la guerra en Gaza y en reducir la ayuda estadounidense a Israel», dijo NBC, y agregó: «Otros representan un mosaico de causas de izquierda: activistas climáticos, socialistas, organizaciones antirracistas, grupos de derechos queer y trans». El circo progresista.

Lo que pase en la propia convención está ya guionizado: la consagración de una mujer universalmente aborrecida entre los suyos hasta ahora, que la fastuosa potencia de fuego mediático de los demócratas está tratando de convertir en la última Coca-Cola del desierto. Y con una plataforma ideológica que, para ir abriendo boca, ya propone controlar los precios de los alimentos, una fórmula mil veces intentada a lo largo de la historia sin que nunca haya logrado otra cosa que desabastecimiento y mercado negro.

Pero de la convención podría salir una (relativa) sorpresa, si hemos de creer un artículo recientemente publicado en The Hill: la llegada de Harris a la Presidencia antes de las elecciones de noviembre.

Escribe Douglas MacKinnon en la citada publicación que los demócratas podrían invocar la Enmienda 25 para destituir a Biden de su cargo, pero en este momento sería claramente una maniobra política. De todos modos, Biden no ha presentado ningún proyecto en los últimos tres años.

MacKinnon sugiere que el día 25 tal vez ni siquiera sea necesario, y señala que Biden podría incluso llegar a la Convención Nacional Demócrata y decir: «Ya no aguanto más. Estoy harto. Renuncio a mi cargo y vuelvo a Delaware». No sé si es probable pero, a estas alturas, ya no hay que descartar nada.

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