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ANTE LA RADICALIZACIÓN DE LA AGENDA WOKE

Los hispanos abrazan al Partido Republicano ante la deriva ‘woke’ de los demócratas

Un votante hispano sostiene un cartel de respaldo a Donald Trump. Twitter

Demasiada gente en los Estados Unidos vive molesta por el desastre económico que atraviesa ese país, con una inflación de cerca de 8.2%, con gasolina y diesel caros (sobre todo en la cuna de los woke, California) y un 3.7% de tasa de desempleo en octubre -según el “Bureau of Labor Statistics” (BLS)-.

Sin duda la economía por los suelos es uno de los grandes temas de campaña en las elecciones intermedias que se celebran este martes 8 de noviembre, en las que se renuevan los 435 asientos de la Casa de Representantes, 35 del senado, legislaturas estatales, y 36 gubernaturas.

Pero además del bolsillo familiar, hay otros temas que han marcado el debate público, como el aborto -sobre todo luego del éxito conservador al revocarse el caso Roe vs Wade-, el incremento del crimen, la crisis migratoria, la dictatorial agenda verde, y la supervivencia de la democracia liberal, ante una incipiente tiranía woke, encabezada por las corrientes radicales del Partido Demócrata.

Un punto muy importante no pasa desapercibido: si el Partido Republicano gana estas elecciones, Donald Trump tendrá el camino muy alfombrado para su regreso a la presidencia en 2024.

Sabedor de esto, en tanto, Joe Biden no ha dejado de inyectar veneno contra el expresidente, el movimiento Make America Great Again (MAGA) y los republicanos, identificándolos casi indistintamente como una turba que tomó “por asalto” el Capitolio el 6 de enero de 2021, como extremistas, y que hoy -dice- ponen en riesgo incluso la “democracia”.

Así lo dijo en el Columbus Club, en Washington DC, este 2 de noviembre:

“Este no es un año ordinario. Así que les pido a ustedes que piensen detenidamente acerca del momento en el que estamos. En un año típico, normalmente no enfrentaríamos la pregunta de si al votar estamos preservando o poniendo en riesgo la democracia. Pero este año, sí lo hacemos”.

Pero quienes en realidad están poniendo en riesgo la democracia, la libertad de expresión y de religión, son, por supuesto, los demócratas, cada día más radicalizados imponiendo su pensamiento único progresista.

Y eso sin contar que durante la gestión de Biden el FBI ha actuado como una agencia policiaca de país bananero al ser usado como instrumento de venganza política al haber irrumpido en la residencia personal de Trump en Mar-a-Lago, Florida, el 8 de agosto. En busca de unos supuestos documentos clasificados. Nunca había pasado tal cosa contra un expresidente en su casa familiar.

Pero eso no es todo por parte del papá del buen Hunter (muchacho que, dicho sea de paso, tuvo una asistente que era espía de la inteligencia china). En Illinois, este 5 de noviembre, Biden calificó como “idiotas” a manifestantes que portaban carteles contra el socialismo. Porque el presidente de los EEUU cree que no es un socialista, pero no pocas voces lo ven a él y a su partido como tal, y de forma cada día más preocupante.

En una conversación pública que tuve hace unos meses sobre la Contrarrevolución Cultural con el ex embajador de ese país en México (en épocas de la presidencia de Trump), Christopher Landau. dijo muy claro que los demócratas cada día están cargándose más y más a la izquierda.

Y tiene razón. Porque, ¿qué es votar por el Partido Demócrata hoy en día? Estamos hablando del partido que tiene en sus filas a Alexandria Ocasio-Cortez, Bernie Sanders, Rashida Tlaib, Ilhan Omar y Ayanna Pressley, quienes se han declarado abiertamente como socialistas, progresistas y hacen parte del marxismo posmoderno.

De hecho, en el Partido Demócrata, existe una opinión más positiva sobre el socialismo que sobre el capitalismo. Muchos factores, entre ellos señaladamente la prensa progre-globalista y el BigTech, han influido en que, según una encuesta, entre los estadounidenses de 18 a 29 años, 51% tenía una visión positiva del socialismo, frente a 45%, que tenía una visión positiva del capitalismo.

En Americano Media -medio conservador estadounidense en español- se ofreció una síntesis en el espacio de Dania Alexandrino, “Hablando de Frente”, sobre lo que significa hoy votar por el Partido Demócrata en general: una economía cada vez más controlada por el Estado, más impuestos; menos libertades; la construcción de un Estado todopoderoso, con individuos con menos voz; boom de la mainstream media progresista-globalista; auge del Big Tech con agenda anti-valores conservadores -léase cristianos-; cultura de la cancelación; uso de instituciones policiacas para amedrentar opositores (asalto a Mar a Lago con el FBI); agenda de marxismo posmoderno; supremacismo progresista (supremacismo feminista, LGBT, negro, eco-animalista); revolución woke, impulso al pensamiento único; anticapitalismo; aborto; destrucción de la familia; promoción de estilo de vida homosexual; ideología de género; adoctrinamiento sexual y woke desde los primeros años de escuela; Teoría crítica de la raza; desfinanciar a la policía; cercanía ideológica con Antifa y con Black Lives Matter.

Y todo este enorme paquete de ideología y políticas públicas de ultraizquierda, progresista, es, en mucho, junto con la crisis en la economía familiar, la causa de que no pocos de los 60 millones de hispanos que viven en el país de las barras y las estrellas, se estén espantando de aquello en lo que se ha convertido el Partido Demócrata, generando el #hispanexit, o #latinexit: dejar de votar por esta institución para hacerlo por el Partido Republicano, mucho más acorde a los valores de los hispanoamericanos, que son cristianos y gente de familia y trabajo. En Estados Unidos, el 75.5 % de esta población es católica cristiana. 

Ya no es el partido de la simbología del burro el preferido por hispanos que buscan milagrosamente arreglar su situación migratoria, porque en los hechos se sabe que no lo hace. Ahora es una institución de izquierdas, que va en los hechos contra de la fe, la familia natural, la vida desde la concepción, que promueve el adoctrinamiento sexual desde la más tierna infancia, y normaliza la hormonización de pubertos, que se dirigen peligrosamente a la transexualidad.

Aun en una encuesta de un medio tan de izquierda progresista, tan globalista, tan pro demócratas, como el New York Times, en conjunto con Siena College, los resultados arrojaron que el 49% de los votantes de este 8 de noviembre se inclinan a favor del Partido Republicano, y 4 puntos abajo, el 45% prefiere a los “dems”.

Así que la ventaja podría llevar al GOP (Grand Old Party, es decir, el Partido Republicano), y en especial a MAGA, a reconquistar la mayoría tanto en la Casa de Representantes, como en el Senado. Ese sería su escenario ideal.

Por su parte, CNN -canal culmen del anti-trumpismo, del supremacismo progresista y globalista- encontró en su propia encuesta nacional publicada el 2 de noviembre, varios puntos bastante desfavorables que le echan agua a la fiesta demócrata: sólo un 17% aprueba fuertemente el desempeño de Biden, mientras que un 47% lo desaprueba fuertemente; un 61% de los posibles votantes asegura que ese presidente no ha puesto suficiente atención en los verdaderos problemas de los norteamericanos.

Un 51% -siguiendo con los resultados de CNN- piensa que el tema principal de las “midterm” es la economía (ya vimos en qué estado deplorable se encuentra); y un devastador 72% de los posibles votantes asegura que las cosas van mal o bastante mal en Estados Unidos.

El aborto, y en especial la decisión de la Corte sobre el caso Roe vs Wade, merece mención aparte, ya que se ha convertido en el tema número uno de estas extrañas elecciones.

Una encuesta hecha por Axios en la segunda quincena de septiembre, muestra cómo muchos aborteros enfurecieron por la revocación de ese crimen contra los bebés en gestación, y motivados con el objetivo de que se sigan abortando millones de criaturas, van a salir a votar.

¿Quiénes piensan así? Sobre todo los afines al Partido Demócrata, en un 69%, y los negros, en un 62%. En este sondeo los hispanos y los republicanos quedan totalmente en el otro extremo.

Eso confirma la tendencia favorable al GOP, como también, que los izquierdistas no tienen mucho más en su mente y agenda que el aborto, al que ponen por encima del trabajo y de todo lo demás.

En cuanto a las gubernaturas, hay que recordar que se juegan las de 36 entidades: AlabamaAlaskaArizonaArkansasCaliforniaColoradoConnecticutFloridaGeorgiaHawaiiIdahoIllinoisIowaKansasMaineMarylandMassachusettsMichiganMinnesotaNebraskaNevadaNew HampshireNew MexicoNew YorkOhioOklahomaOregonPennsylvaniaRhode IslandSouth CarolinaSouth DakotaTennesseeTexasVermontWisconsin, y Wyoming.

En la mayoría de las encuestas, se muestra una ventaja de cerca de 23 candidatos republicanos en estas gubernaturas.

Hay algo más que juega a favor del Partido Republicano en estas elecciones: las intermedias en prácticamente todos los casos a nivel histórico, las pierde el partido que está en el poder.

Barack Obama perdió en 2010 63 asientos de la Casa, pasando de 256 a 193 para el partido del burro. Luego el presidente afro-norteamericano en 2014 perdió 13 asientos en la Casa, pasando de 201 a 188.

Una única excepción ha sido justamente la de Trump, quien en 2020 no perdió nada, sino ganó dos lugares más para el senado, pasando de 51 a 53 asientos.

Así las cosas, Biden y sus amigos woke lucen desesperados. Obama también en campaña a favor de su partido. Y como cereza en el pastel, no podía faltar un personaje globalista, supremacista progresista, y hasta malthusiano, como principal donador en esta contienda, con 120 millones de dólares: nada menos que George Soros, el mayor impulsor abortista de migración ilegal en el mundo.

Pero ni aún así los demócratas parecen tener salvación, y todo apunta a que el llamado ”Tsunami rojo” (como le llamó Elise Stefanik, representante de la Casa, por NY) por el color de los republicanos, va a reconfigurar el rostro de los Estados Unidos, haciéndolo más conservador y respetuoso de la vida, la familia y la economía. Eso en una altura mucho mayor, más impactante, más profunda y más duradera que lo logrado por la Suprema Corte con la revocación del aborto en tiempos recientes.

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