La guerra en Ucrania es, entre otras muchas cosas, un pozo sin fondo para los fondos norteamericanos y europeos. Los líderes de la UE y los norteamericanos contemplan con exasperación cómo se hunden y desaparecen en Kiev montañas de dinero en un momento no precisamente boyante sin ver resultados en el escenario bélico.
En Washington, casi dos docenas de senadores y legisladores republicanos ya han dicho «basta», posicionándose públicamente en contra de seguir financiando a Ucrania justo cuando Volodímir Zelenski llegaba a la capital para convencer al Congreso de que apruebe otros 24.000 millones de dólares en ayudas, lo que daría un total de 135.000 millones de dólares desde que comenzó la guerra con Rusia.
Liderados por el senador republicano JD Vance y el diputado de la Cámara de Representantes Chip Roy, seis senadores y 23 diputados de la Cámara escribieron en una carta entregada a la directora de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young: «El pueblo estadounidense merece saber a qué se ha destinado su dinero. ¿Cómo va la contraofensiva? ¿Están los ucranianos más cerca de la victoria que hace seis meses? ¿Cuál es nuestra estrategia y cuál es el plan de salida del presidente? ¿Qué define la administración como victoria en Ucrania? ¿Qué asistencia ha proporcionado Estados Unidos a Ucrania en virtud del Título 10? Sería una abdicación absurda de la responsabilidad del Congreso aceptar esta solicitud sin conocer las respuestas a estas preguntas. Por estas razones —y ciertamente hasta que recibamos respuestas a las preguntas anteriores y otras próximas— nos oponemos al gasto adicional para la guerra en Ucrania incluido en su solicitud».
«Ya basta», escribió Vance tras una sesión informativa de la administración Biden. «Queda claro que a Estados Unidos se le pide que financie un conflicto indefinido con recursos ilimitados». Y añadió: «A estas y futuras solicitudes, mis compañeros y yo decimos: NO».
Mientras, desde Europa, Polonia ya ha anunciado que no seguirá armando a Ucrania con la que, además, mantiene un conflicto a cuenta del acuerdo del grano. «Polonia ya no armará a Ucrania para que se centre en su propia defensa», anunció el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, pocas horas después de que Varsovia convocara al embajador de Ucrania en relación con una nueva guerra de palabras sobre el grano bloqueado, según la agencia de noticias AFP. Lo que hace más dramática esta declaración es que, durante más de año y medio de guerra, Varsovia ha sido el partidario más incondicional y franco de Kiev.
