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LOS TRES GOBIERNOS QUIEREN PROTEGER A SUS PRODUCTORES

El Gobierno de Zelenski denuncia a Polonia, Hungría y Eslovaquia por prohibir la importación de grano ucraniano

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Europa Press

Tras las declaraciones de los primeros ministros Mateusz Morawiecki (Polonia), Viktor Orbán (Hungría) y Ľudovít Ódor (Eslovaquia) con motivo de la expiración del acuerdo sobre la prohibición de importación de grano ucraniano, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró que «las posibles restricciones unilaterales por parte de algunos países miembros de la Unión Europea recibirán una respuesta adecuada».

La Comisión Europea decidió en el último momento del pasado viernes —fecha límite— no renovar el acuerdo que impedía la exportación de grano ucraniano a los países de Europa Central. Tras conocerse la noticia, los gobiernos de Polonia, Hungría y Eslovaquia anunciaron que recuperarían las prohibiciones a nivel nacional con el fin de proteger a sus productores. El Ejecutivo de Zelenski respondió inmediatamente asegurando que «si las decisiones de nuestros vecinos no son de buena vecindad, Ucrania responderá de manera civilizada».

Polonia, Hungría y Eslovaquia enfrentan ahora las demandas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) presentadas por Ucrania. El Gobierno de Zelenski espera que la presión de la Comisión Europea y de otros países europeos, junto a las denuncias interpuestas ante la OMC, fuercen a los tres países díscolos a «restablecer el comercio normal (…) así como a mostrar solidaridad». Asegura que la normativa de la Unión Europea imposibilita a los Estados miembros prohibir individualmente la importación desde un tercer país por ser una competencia propia de la Comisión. La ministra de economía de Ucrania declaró que confía en que los gobiernos de Varsovia, Budapest y Bratislava pongan fin a las prohibiciones y «no tengamos que aclarar la relación en los tribunales».

Tras conocer la noticia de la no renovación del acuerdo sobre la importación de grano, el Gobierno de Polonia fue el primero en reaccionar. Con las elecciones generales a menos de un mes, el PiS se juega la reelección en unos comicios que se presentan complicados y el voto rural es uno de sus más firmes apoyos. «Ampliaremos la prohibición a pesar de la falta de aprobación de la Comisión Europea», aseguró el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, «porque redunda en interés del agricultor polaco«.

El mismo sábado, los gobiernos de Polonia, Hungría y Eslovaquia confirmaron que establecerán prohibiciones a la importación de grano desde Ucrania. Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, denunció que «los burócratas de Bruselas vuelven a hacer la vista gorda ante los problemas de los agricultores europeos» mientras «los productos agrícolas ucranianos destinados a África inundan los mercados de Europa Central» y aseguró que «es hora de tomar el asunto en nuestras propias manos».

Tras el fin de las tarifas aduaneras a Ucrania en verano de 2022, el pasado año los gobiernos conservadores de Polonia y Hungría decidieron cerrar sus fronteras a los productos ucranianos en un intento de defender a sus productores. Su actuación, que cosechó críticas por parte de varios países, contravino la normativa europea, ya que el comercio de la Unión Europea es competencia de la Comisión. Después de meses de tensión y protestas de agricultores, en mayo de 2023 la Comisión llegó a un acuerdo con Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía para evitar que la entrada masiva de productos agrícolas ucranianos inundara sus mercados nacionales y provocara desajustes en los precios de producción propia. El acuerdo permitía el paso de grano —trigo, colza, girasol y maíz— siempre y cuando su destino final fuera un país distinto a estos cinco, dentro o fuera de la Unión: los envíos dirigidos a cualquiera de esos cinco Estados serían detenidos en la frontera.

El pasado viernes, sin embargo, la Comisión decidió no extender ese acuerdo, a pesar de los esfuerzos dirigidos desde los Estados miembros afectados. Según la Unión Europea, «actualmente no vemos distorsiones del mercado en esos cinco Estados miembros, por lo que no ampliaremos la prohibición». El presidente de Ucrania, Zelenski, agradeció a Von der Leyen la decisión, que permite a Ucrania volver a importar grano con destino a los cinco países europeos: «Cuando se siguen las reglas, Europa siempre gana». Ucrania, eso sí, deberá comprometerse a asegurar que sus exportaciones no provoquen desajustes en los mercados europeos. Para Zelenski, la decisión de la Unión es «un ejemplo de verdadera unidad y confianza».

Mientras que Polonia y Eslovaquia han recuperado la prohibición anterior —importación como destino final de trigo, colza, girasol y maíz—, Hungría ha incluido también la entrada de derivados cárnicos, huevos y miel: un total de 24 productos. En Rumanía, el Gobierno todavía no ha tomado ninguna medida, ante la impaciencia de sus productores nacionales: «no entendemos por qué [el Gobierno] se muestra reticente a hacer lo mismo». Bucarest, sin embargo, ha decidido esperar a la presentación del programa, solicitado por la Comisión Europea, que detalle la forma en la que el Gabinete de Zelenski evitará que los productos agrícolas de Ucrania vuelvan a inundar los mercados de Europa Central. En cualquier caso, fuentes europeas aseguran que el acuerdo alcanzado en mayo para limitar las importaciones ucranianas era «excepcional», «no algo que deba estar ahí por un periodo ilimitado», pero que se tendrá en cuenta la evolución de los mercados de Europa Central de acuerdo con el plan de Ucrania.

El ministro de Agricultura de España ha criticado las prohibiciones de importación unilaterales por contravenir la solidaridad europea y poner en riesgo la seguridad alimentaria: «No podemos perder el foco. El foco es Ucrania, el apoyo a Ucrania». Según el Gobierno en funciones, la actuación de los Ejecutivos de Europa Central es «ilegal» pues «contraviene el Derecho Comunitario». También el Gobierno de Francia ha asegurado que las decisiones unilaterales van en contra del mercado único y la solidaridad europea.

Bruselas, por su parte, ha mostrado su «sorpresa» ante las demandas de Ucrania, pero ha comunicado que no hay sanciones previstas contra Polonia, Hungría y Eslovaquia, ya que confía en alcanzar una solución «amigable» basada en la «comprensión mutua». El comisario de Agricultura y Pesca ha remarcado «el enorme esfuerzo que han hecho los Estados miembros» por Ucrania y ha asegurado que, de hecho, el volumen de exportación de cereales ucranianos ha aumentado durante el periodo en el que la prohibición de los cinco países de Europa Central se encontraba en vigor. «Necesitamos una comprensión mutua» entre «la difícil postura de Ucrania ante esta cruel agresión [de Rusia]» y la necesidad de «proteger a los agricultores de la UE».

El problema actual se inició en junio de 2022, cuando Bruselas suspendió todas las tarifas aduaneras para los productos importados de Ucrania con el fin de apoyar la maltrecha economía del país, afectada por la guerra. El bloqueo por Rusia de los puertos del Mar Negro y su retirada de los acuerdos de exportación de grano provocó que Ucrania se viera obligada a buscar nuevas rutas terrestres para la importación de su producción de cereal, destinada generalmente a países menos desarrollados. Sin embargo, la apertura de fronteras a la potencia agrícola provocó que, en varios países de Europa Central, las producciones nacionales se vieran desplazadas por el grano ucraniano, más barato.

El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, denunció entonces que los «canales de solidaridad» habían provocado que el grano ucraniano, de producción más barata, inundara el mercado nacional del país, causando graves pérdidas a los agricultores polacos, sin posibilidad de encontrar compradores debido al exceso de oferta. Sin embargo, Ucrania y algunos países de la Unión Europea aseguraron que el acuerdo para evitar la entrada de grano ucraniano en estos cinco países no sólo violaba la unidad de mercado europeo, sino que rompía la solidaridad del bloque con Ucrania. Representantes del Gobierno de Zelenski afirmaron que la capacidad de importación de grano de Ucrania era vital para la supervivencia de la nación mientras durara la guerra.

A pesar de la invasión rusa y de la pérdida debido a los periodos de sequía continuada, Ucrania sigue siendo uno de los mayores productores de grano en el mundo. En 2022, su producción alcanzó los 53 millones de toneladas y se espera que en 2023 sea algo inferior, unos 44,5 millones de toneladas. Son cifras importantes, pero alejadas del récord de 2021, año en el que la producción alcanzó los 86 millones de toneladas de grano y en el que el país eslavo se convirtió en el séptimo productor en el mundo, por detrás de Argentina, Brasil, Rusia, India, Estados Unidos y China, aunque superando a otros países europeos como Alemania o Francia.  

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