Si Trump no consigue el Premio Nobel de la Paz, no hay justicia en este mundo. El presidente norteamericano no sólo está desplegando ingentes esfuerzos diplomáticos para el arreglo pacífico de conflictos enquistados en el globo, sino que durante su visita a Arabia Saudí delineó un programa pacificador que es el completo reverso de décadas de guerras imperiales.
No dejó palo sin tocar en su discurso ante el Foro de Inversiones Estados Unidos-Arabia Saudita, en el que promovió la paz mediante acuerdos. Expresó ante el príncipe Mohamed bin Salman su «ferviente deseo» de que Arabia Saudita «pronto se una a los Acuerdos de Abraham», pero finalmente admitió que el reino lo hará «en su propio momento».
«Será un día especial en Oriente Medio, con todo el mundo observando, cuando Arabia Saudí se una a nosotros», dijo. «Me honrarán enormemente, y honrarán enormemente a todas las personas que han luchado tan arduamente por Oriente Medio. Y realmente creo que será algo especial, pero lo harán a su propio ritmo. Y eso es lo que yo quiero, y eso es lo que ustedes quieren, y así será», afirmó.
En cuanto a Irán, Trump enfatizó que nunca ha creído en las enemistades eternas. «No me gustan los enemigos permanentes. A veces se necesitan enemigos para hacer el trabajo, y hay que hacerlo bien. Los enemigos te motivan», dijo Trump. Pero para llegar a acuerdos, también con Irán. «Puedo llegar a un acuerdo con Irán. Me alegraría mucho si logramos que su región y el mundo sean un lugar más seguro». Ofreció un «futuro mucho más prometedor» si Teherán llega a un acuerdo.
«Si los líderes iraníes rechazan esta rama de olivo y continúan atacando a sus vecinos, no tendremos más remedio que ejercer una presión masiva y máxima… y tomar todas las medidas necesarias para impedir que el régimen adquiera un arma nuclear. Irán nunca tendrá un arma nuclear», aseguró Trump.
Ya hemos informado en estas páginas del levantamiento de las “brutales y devastadoras” sanciones a Siria, también anunciado en el mismo discurso, antes de atacar el belicismo «humanitario» que ha caracterizado a las administraciones anteriores. «Al final, los llamados ‘constructores de naciones’ destruyeron muchas más naciones de las que construyeron, y los intervencionistas intervinieron en sociedades complejas que no entendían», dijo Trump. «Las relucientes maravillas de Riad y Abu Dabi no fueron creadas por los llamados constructores de naciones, los neoconservadores no por organizaciones liberales sin fines de lucro como las que gastaron billones de dólares en fracasar en el desarrollo de Kabul y Bagdad», concluyó.