El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que endurece las normativas a seguir para los extranjeros en el país, permitiendo la deportación de estudiantes internacionales y no ciudadanos que expresen apoyo a organizaciones catalogadas como grupos terroristas por el gobierno estadounidense. La medida ha sido promovida bajo el argumento de proteger la seguridad nacional y prevenir amenazas internas.
El documento firmado por Trump establece que Estados Unidos debe ser riguroso en el proceso de emisión de visas para evitar la entrada de personas que representen un peligro potencial. En sus propias palabras: «Estados Unidos debe garantizar que los extranjeros admitidos o que ya residen en el país no tengan actitudes hostiles hacia nuestra cultura, nuestras instituciones ni nuestros principios fundadores». Asimismo, subraya la necesidad de identificar a posibles amenazas antes de su ingreso al territorio estadounidense.
Durante su campaña electoral, Trump había prometido medidas similares, incluidas acciones contra estudiantes internacionales que participen en disturbios en campus universitarios o que manifiesten solidaridad con organizaciones como Hamás y Hezbolá, ambas designadas como terroristas por el gobierno de los EE. UU. Esta promesa electoral ahora se materializa.
En otro giro político significativo, Trump también anunció a través de sus redes sociales el despido de cuatro altos funcionarios designados por la administración de Joe Biden. Entre los destituidos se encuentran Mike Milley, miembro del Consejo Asesor sobre Infraestructura, y Brian Hook, quien ocupaba un cargo en el Centro Wilson de Educación Superior.
Por otro lado, Trump otorgó indultos presidenciales a casi todos los involucrados en el ataque al Capitolio ocurrido tras las elecciones de 2020. Sin embargo, un atacante rechazó la oferta de indulto, alegando que aceptaba su culpabilidad y sentía remordimiento por sus acciones.