Cada vez más las redes criminales concentran sus esfuerzos en los menores no acompañados y ejercen sobre ellos presión psicológica o física para que abandonen los centros de acogida.
Más de tres años después del pico de la crisis de los refugiados, 884 menores de hasta 13 años no acompañados continúan desaparecidos en Alemania, según datos de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) que publica hoy el «Neue Osnabrücker Zeitung» (NOZ).
Esta cifra supone tan solo un ligero retroceso respecto a octubre de 2018, cuando el número de menores no acompañados en paradero desconocido ascendía a 902, comunicó la ONG para los derechos de la infancia Deutsches Kinderhilfswerk.
«No existe razón alguna para rebajar la alarma. En nuestra opinión hay que seguir buscando intensivamente a estos niños», dijo Holger Hofmann, gerente de la ONG, en declaraciones al diario.
Por otra parte, la cifra de menores no acompañados de entre 14 y 17 años se reduce constantemente, indicó.
Así, en octubre de 2018 constaban como desaparecidos en el registro de la policía 2.566 menores no acompañados en esa franja de edad, frente a los 2.308 en la actualidad, según datos de la BKA.
Según advirtió Hofmann, «en el caso de menores desaparecidos hay que partir por regla general de un peligro de muerte, algo a lo que apunta la propia Oficina Federal de Investigación Criminal en su página».
Advierte, además, que cada vez más las redes criminales concentran sus esfuerzos en los menores no acompañados y ejercen sobre ellos presión psicológica o física para que abandonen los centros de acogida.
«No obstante, de momento sabemos muy poco de la situación de los menores desaparecidos», subrayó.
Agregó que cuanto más insegura es su situación, mayor es el riesgo de que desaparezcan, por lo que hacen falta sistemas de asistencia a los menores suficientemente dotados, perspectivas garantizadas oportunas de poder permanecer en el país y el derecho legal a la reunificación familiar.