Mientras que las élites europeas proponen como única solución la connivencia con el tráfico de personas, Italia se planta y dice no a las misiones internacionales.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se planta ante las misiones de rescate europeo en el Mediterráneo y en el próximo consejo informal de la Unión Europea (UE) en Innsbruck (Austria) pedirá que no atraquen en Italia los barcos que participan en las misiones internacionales presentes en el Mediterráneo, según explicó este sábado.
En una declaración en su página de Facebook, después de que un grupo de 106 inmigrantes desembarcara anoche en el puerto de Messina tras ser rescatados en el Mediterráneo por un barco irlandés que participa en la misión europea Eunavformed Sophia, Salvini señaló que «los Gobiernos italianos de los últimos años han firmado acuerdos, ¿a cambio de qué?, para que todas estas naves descarguen inmigrantes en Italia», escribió.
Y prosiguió: «con nuestro Gobierno, la música ha cambiado y cambiará».
Cerrar los puertos a las ONG
La de anoche es la primera llegada de inmigrantes que se ha conocido desde que Salvini y el ministro de Transportes italiano, Danilo Toninelli, decidieron cerrar los puertos a los barcos de las ONG que hasta ahora recogían a los inmigrantes cerca de las costas de Libia sin denunciar, en casi ningún caso, a las mafias que extorsionan a los inmigrantes.
Salvini llevará su petición al consejo informal de ministros de Interior de la UE los próximos días 12 y 13 en Innsbruck, capital del Tirol austríaco, para buscar un acuerdo que cierre la ruta del Mediterráneo a los inmigrantes, según explicó el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer.
En el dispositivo Eunavformed Sophia comenzó en mayo de 2015 para patrullar el Mediterráneo contra el tráfico de armas y personas y tendría que renovarse a finales de año.
Según datos de Interior italiano del pasado 6 de julio, la llegada de inmigrantes desde principios de año ha sido de 16.748 inmigrantes, lo que supone un 85,98 % menos que en el mismo período de 2017 y del 84,64 % en 2016.
Según la Organización internacional de las Migraciones (OIM), en lo que va del año han muerto cerca 1.500 personas en el Mediterráneo, 200 de ellas en los últimos días al hundirse el bote en el que navegaban sin que nadie pudiera les socorriera.