«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Alemania frena la expulsión de un islamista por si Turquía pudiera torturarlo

El Tribunal Constitucional  alemán ha detenido la expulsión de un islamista germano-turco a Turquía ante la situación en ese país y el riesgo de pueda ser sometido a condiciones penitenciarias «inhumanas».

La orden de expulsión ha quedado en suspenso, ha indicado el TC en un comunicado, a la espera de que las autoridades turcas garanticen que no existe peligro para el afectado.
El islamista es un hombre de origen turco, nacido y crecido en Alemania, a quien la Audiencia de Berlín condenó en 2015 a tres años y medio de cárcel por apoyo al grupo yihadista Jund al-Sham.
La justicia berlinesa ha considerado probado que el procesado recaudó y transfirió fondos para esa organización y se ordenó su expulsión a Turquía.
El condenado presentó recurso ante el TC con el argumento de que un sospechoso de terrorismo corría peligro de ser torturado en Turquía, para lo cual se aportaba un informe de Amnistía Internacional (AI) sobre la situación en las cárceles de ese país.
La decisión del TC se produce en un momento en que Berlín y Ankara tratan de normalizar sus relaciones bilaterales, después de meses de tensión y mientras Berlín ha multiplicado sus gestiones para lograr la liberación de varios alemanes encarcelados en Turquía por presunta complicidad con grupos terroristas.
El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, y su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, abogaron en un encuentro celebrado el pasado fin de semana por aparcar sus diferencias y relanzar los contactos políticos y económicos bilaterales.
Como ejemplos positivos en ese proceso de distensión citó Gabriel el regreso a Alemania el pasado noviembre de un activista de derechos humanos que había permanecido varios meses en prisión y la puesta en libertad de la periodista germano-turca Mesale Tolu tras meses de encarcelamiento en Estambul.
Sigue pendiente de solución el caso del corresponsal del diario «Die Welt» Deniz Yücel, quien lleva casi un año en una prisión turca.
Hace unos meses, el Gobierno alemán llegó a declarar Turquía país inseguro para sus inversores y también para los visitantes comunes.
Ankara, por su parte, acusa a Alemania de proteger a miembros del clandestino Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y a seguidores del predicador Fethullah Gülen, al que responsabiliza de la intentona golpista de julio de 2016.
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