La Unión Europea mantiene su postura tibia con respecto al separatismo catalán y, tras defender el orden constitucional, reclama una suerte de negociación a Mariano Rajoy.
La política de la Unión Europea en torno a Cataluña oscila de igual forma que el péndulo de un reloj de pared. Mientras Angela Merkel defiende la «legalidad constitucional» de España en un discurso insípido y falto de resolución, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, reclama «abrir una vía de diálogo» a las instituciones españolas.
Ahora le ha llegado el turno a Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, que ha reclamado «más diálogo» para «tratar de solucionar» la situación en Cataluña. Bruselas, una vez más, permanece ajena a la realidad de los países y sus instituciones se demuestran «insuficientes» para respaldar a un Gobierno, el de Mariano Rajoy, que siempre ha apoyado todas las decisiones comunitarias.
«Lo único que puedo decir es que en primer lugar está el orden constitucional que respetamos en España. En segundo lugar, por supuesto, creemos que la solución no puede ser la violencia. Debe encontrarse una solución mediante el diálogo», ha declarado el político francés antes de participar en la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, Eurogrupo, en Luxemburgo.
El argumento del «asunto interno» ha servido a los diferentes líderes europeos y responsables de articular las políticas comunitarias para no posicionarse en un momento clave para un país amigo. España, cuando más necesitaba el respaldo europeo, lo ha encontrado en pequeñas dosis y siempre con la sombra del diálogo por detrás.
Sobre la posibilidad de que Cataluña declare la independencia de forma unilateral, el exministro galo ha dicho que no es una persona a la cual le guste pronunciarse sobre «acontecimientos que aún no se han producido», si bien ha recalcado que se sigue el desarrollo de los acontecimientos con mucha atención y «a veces, con preocupación».
En cuanto al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha afirmado que Cataluña es un asunto «interno» e instó a los periodistas a formular sus preguntas al ministro de Economía español, Luis de Guindos.
El titular belga de Finanzas, Johan van Overtveldt, ha coincidido en señalar que se trata de una cuestión que España debe abordar «internamente» y ha asegurado que «todo el mundo debería intentar mostrar algo más de respeto mutuo».
El ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, ha tildado la situación de «una crisis grave» y ha considerado que esta muestra la necesidad de dar un «nuevo impulso» a la Unión Europea (UE).
«Es una crisis grave y es un signo más de que hace falta un nuevo impulso a la UE y que si en cambio se va en la dirección opuesta habrá daños para los países que están implicados y también para los ciudadanos», ha afirmado.
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