El programa Europa Creativa, financiado con 2.440 millones de euros aportados por los Estados miembros para el periodo 2021-2027, se ha convertido en el principal instrumento de la Unión Europea para aplicar su «Nueva Agenda para la Cultura». Esta política, en lugar de proteger el patrimonio cultural común, orienta la financiación hacia proyectos que promueven valores ideológicos como la inmigración, la diversidad de género y la sostenibilidad climática.
Entre sus objetivos declarados figuran la «creación transnacional», la innovación en los sectores culturales y creativos, y «el impulso de la movilidad de artistas y profesionales». Sin embargo, el contenido de muchos de los proyectos subvencionados refleja un uso político de la cultura al servicio de una visión posnacional de Europa.
El diseño del programa responde a una estrategia explícita de la Comisión Europea: utilizar la cultura para combatir lo que califica como «narrativas antidemocráticas» en varios Estados miembros. En este sentido, se priorizan aquellas propuestas que favorecen «el diálogo intercultural».
Este enfoque deja en segundo plano —o excluye por completo— propuestas que fomenten la conservación de las identidades nacionales, el arte clásico o los valores tradicionales arraigados en el cristianismo y la historia europea.
La terminología empleada en la convocatoria y en los proyectos seleccionados pone de manifiesto un cambio de paradigma en la definición de cultura. Términos como «patrimonio», «excelencia», «tradición» o «nación» han sido sustituidos por otros como «ecosistema cultural», «identidades no normativas», «comunidades resilientes» o «co-creación».
El propio documento fundacional del programa subraya que «la cultura debe contribuir al bienestar social, la creación de empleo y la transformación comunitaria», lo que evidencia un uso funcional e instrumental del hecho cultural, subordinado a fines políticos y económicos.
Desde su puesta en marcha, Europa Creativa ha financiado miles de proyectos que tienen como prioridad «la sensibilización sobre cuestiones de género, la lucha contra el racismo o el fomento de la inclusión de inmigrantes».