El tribunal consideró probado que Hussein K. asaltó a la víctima, la universitaria Maria L., una noche de octubre de 2016 cuando volvía a casa en bici de una fiesta, la violó y la lanzó, inconsciente pero aún con vida, al río Dreisam, para que se ahogase.
La Audiencia Provincial de Friburgo (sur de Alemania) condenó a un peticionario de asilo afgano a cadena perpetua por la violación y asesinato de una joven de 19 años, y sentó las bases para dificultar su puesta en libertad tras 15 años de cárcel.
El tribunal consideró probado que Hussein K. asaltó a la víctima, la universitaria Maria L., una noche de octubre de 2016 cuando volvía a casa en bici de una fiesta, la violó y la lanzó, inconsciente pero aún con vida, al río Dreisam, para que se ahogase.
«Él sabía que ella aún vivía cuando la dejó en el Dreisam, que se ahogaría, que iba a ahogarse», aseguró al leer el fallo la presidenta del tribunal, Kathrin Schenk, quien subrayó la gran falta de empatía demostrada por el condenado.
La sentencia, que no es firme, subraya la gravedad de la culpa, lo que abre la puerta a la posibilidad de que se aplique la opción denominada «detención preventiva» en el código penal alemán, lo que en la práctica impediría en gran medida que el joven pueda, tras un mínimo de quince años en prisión, quedar en libertad en ciertas condiciones.
El afgano fue finalmente juzgado con el derecho penal ordinario tras descartarse con un examen médico durante el juicio que fuese menor de edad, como él había alegado al entrar en el país y solicitar asilo.
No tenía 17 años en el momento de los hechos, como aseguró Hussein K., sino al menos 22 años, según el perito que lo examinó.
El condenado fue detenido siete semanas después de la muerte de Maria L., gracias a un pelo teñido de rubio que los investigadores policiales encontraron en la orilla del río cerca de donde apareció el cuerpo de la víctima y que pertenecía al condenado.
En noviembre de 2015, Hussein K. entró en Alemania sin pasaporte, se registró como afgano, de 16 años, y vivía con una familia de acogida en el momento de su detención.
El condenado tenía antecedentes en Grecia, donde ya había sido condenado por una violación previa, pero la falta de coordinación intraeuropea permitió que se marchase entonces a Alemania.