Europa está al fin despertando a la amenaza existencial que supone para la supervivencia de sus naciones la inmigración masiva y la ola contra la «invasión» parece ya imparable, como prueba el creciente auge en intención de voto de los partidos soberanistas.
Un caso especialmente relevante es el de Alemania, punta de lanza del movimiento «Welcome Refugees» bajo la canciller democristiana Angela Merkel, y muy especialmente el estado de Sajonia, donde dos de cada tres ciudadanos creen que Alemania está «peligrosamente infestada» de extranjeros, según una reciente encuesta.
En la encuesta, conocida como Saxony Monitor y realizada cada año por el Gobierno sajón, el 64% opina que Alemania está «peligrosamente infestada de extranjeros», lo que supone 24 puntos porcentuales más que hace sólo dos años. También revela que el 82% de los residentes tiene poca o ninguna confianza en el Gobierno liberal de izquierda en el poder, lo que representa una caída del 26% desde la última encuesta realizada hace un año.
Por lo demás, sólo el 15% de los sajones dice creer lo que cuentan los medios de comunicación convencionales, un descenso de 11 puntos con respecto a la encuesta anterior, y el 80% desconfía del Parlamento de la UE y de la Comisión Europea. Menos de la mitad, el 45%, cree que exista libertad de expresión en Alemania.
Sajonia es considerada un bastión de la soberanista Alternativa para Alemania (AfD), a pesar de que la principal agencia de inteligencia nacional, la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV), tacha al partido allí de «extremista de derechas». De hecho, el partido acaba de igualar su récord del 35% de intención de voto en la encuesta Infratest-dimap.
La última encuesta fue crucial para AfD, ya que se produjo después de una campaña coordinada entre el gobierno y los medios de comunicación contra el partido, que incluyó el llamado a protestas masivas contra el partido para «luchar contra la derecha». La campaña parece haber tenido poco efecto sobre el sentimiento hacia el AfD en el este, y los resultados del Saxony Monitor, que muestran una tremenda desconfianza hacia el Gobierno, los medios de comunicación y diversas instituciones, muestran las limitadas opciones que puede tener para influir en la opinión pública.