El Gobierno de Giorgia Meloni ha dado un paso decisivo en su lucha contra la inmigración ilegal con la primera repatriación de un inmigrante ilegal desde el Centro de Repatriación de Gjader, en Albania. El ministro del Interior, Matteo Piantedosi, anunció la operación en su perfil de X, destacando que las repatriaciones continuarán en los próximos días como parte de la estrategia del Gobierno para reforzar el control migratorio. El repatriado, un inmigrante bangladesí de 42 años que llegó a Italia en 2009, fue expulsado por ser considerado como un peligro social debido a sus antecedentes penales, incluido un grave episodio de violencia intrafamiliar. Esta acción se enmarca en la lista de países de origen seguros de la Unión Europea, publicada hace tres días, que incluye a Bangladés, Egipto, Túnez, Kosovo, Colombia, India y Marruecos.
Meloni expresó su «gran satisfacción» por esta medida, que reduce significativamente las posibilidades de asilo para ciudadanos de estos países. La lista, impulsada por la Comisión Europea, busca agilizar los procedimientos de asilo mediante procesos acelerados para solicitantes de países con bajas tasas de aprobación, según explicó el portavoz Markus Lammert. Además, se propone aplicar «procedimientos de frontera» o «procedimientos acelerados» a países con tasas de asilo inferiores al 20 por ciento, pendiente de aprobación por el Consejo y el Parlamento Europeo. Los países candidatos a la UE, como Turquía, se consideran en principio seguros, salvo en casos de violencia generalizada, sanciones del Consejo o tasas de asilo superiores al 20 por ciento.
Descenso histórico de la inmigración ilegal
Las políticas migratorias del Gobierno de Giorgia Meloni han logrado un descenso histórico en la inmigración ilegal en Italia, consolidando al país como referente en el control de flujos migratorios. Según datos oficiales, las llegadas por vía marítima en 2024 cayeron un 60 por ciento respecto a 2023, cuando se registraron 157.600 entradas ilegales. Esta tendencia se mantiene en 2025, como refleja el último informe Italy Weekly Snapshot de ACNUR (7-13 de abril de 2025). En esa semana, Italia registró 1.234 llegadas ilegales por vía marítima, un 40 por ciento menos que las 2.056 entradas por la vía de la ilegalidad de la misma semana en 2024. Hasta el 13 de abril de 2025, el acumulado asciende a 12.567 llegadas ilegales, frente a 21.890 en el mismo período de 2024, confirmando una reducción sostenida superior actualmente al 40%.
Este logro se atribuye a medidas innovadoras como el acuerdo con Albania, que permite procesar a inmigrantes ilegales en centros extraterritoriales, y a una mayor cooperación con países de origen y tránsito, como Túnez y Libia. La estrategia de Meloni, basada en interceptar embarcaciones, acelerar repatriaciones y restringir el acceso al asilo, ha disuadido a muchos inmigrantes ilegales de elegir Italia como destino, aliviando la presión sobre regiones como Sicilia, que sigue concentrando el 70% de los desembarcos.
La contrapartida de este descenso en Italia es el desplazamiento de los flujos migratorios hacia otros países mediterráneos, con España emergiendo como el nuevo epicentro de la inmigración ilegal. Las entradas ilegales a las costas españolas, especialmente a las Islas Canarias, han aumentado exponencialmente en los últimos años, impulsadas por rutas desde África Occidental. Este cambio refleja la adaptación de las redes de tráfico humano a las políticas restrictivas italianas, redirigiendo a los inmigrantes hacia España ante el actual efecto llamada promovido por el Gobierno de Pedro Sánchez.