El Gobierno de Pedro Sánchez ha elaborado un documento para presentar en Bruselas en el que reclama que el presupuesto de la Unión Europea incremente su gasto «al menos hasta una cantidad anual del 2% del PIB». Esta propuesta, que duplica el presupuesto ordinario de la UE, busca fortalecer la inversión conjunta en las transiciones ecológica y digital, con el objetivo de mantener la competitividad frente a potencias como China y Estados Unidos. Además, se subraya la necesidad de aumentar el gasto en defensa para «disuadir a Rusia» y «responder a las demandas del presidente estadounidense, Donald Trump«, quien ha solicitado que los países de la OTAN eleven su gasto militar hasta el 5% del PIB.
Aunque el actual marco financiero plurianual de la UE, que abarca de 2021 a 2027, aún está en vigor, el debate sobre el siguiente ciclo presupuestario (2028-2034) ya ha comenzado. El documento español, titulado «mayor y más audaz», busca dejar la impronta del Ejecutivo de Sánchez en el diseño de estas cuentas. El contexto geopolítico actual, marcado por la guerra en Ucrania, la posible escalada de un conflicto comercial con Estados Unidos y las necesidades de inversión en la economía europea, favorecen a los países receptores de fondos, que suelen estar a favor de ampliar el presupuesto común.
Uno de los puntos más controvertidos será el tamaño del presupuesto y su financiación. Tradicionalmente, el gasto anual del marco plurianual ronda el 1% del PIB de la UE. Sin embargo, el fondo de recuperación post-pandemia distorsionó esta cifra, elevándola temporalmente a cerca del 2% del PIB. En total, se había previsto un gasto de 1,8 billones de euros para siete años, de los cuales 750.000 millones correspondían al fondo de recuperación. No obstante, el montante final se redujo a 650.000 millones. Esta medida excepcional fue aceptada por los países más frugales con la condición de que no se repetiría. La propuesta española, por tanto, busca establecer este incremento de forma permanente.
Para financiar este aumento, Madrid sugiere varios mecanismos. Entre ellos, un sistema común basado en préstamos y financiado mediante empréstitos conjuntos, que permitiría sostener inversiones estratégicas y financiar bienes públicos europeos. Este mecanismo también podría apoyar inversiones de mayor riesgo y envergadura en sectores clave. Además, España propone refinanciar la deuda del fondo de recuperación, que debería comenzar a pagarse pronto a un ritmo de 30.000 millones de euros anuales, limitando así el margen para otros gastos. El documento también sugiere aumentar los ingresos de la UE a través de recursos propios y un mayor uso de entidades financieras comunitarias como el Banco Europeo de Inversiones y el Mecanismo Europeo de Estabilidad.
El propósito de estas medidas es satisfacer las enormes necesidades de financiación a las que se enfrenta la UE. El documento español retoma las cifras de los informes de Enrico Letta y Mario Draghi, que estiman en 800.000 millones de euros anuales la inversión necesaria entre el sector público y privado para impulsar la investigación, la innovación, la reindustrialización y las redes energéticas transfronterizas. A esto se suma la inversión en defensa y seguridad, áreas en las que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha puesto especial énfasis, como lo hizo recientemente en Gdansk, Polonia, junto al primer ministro polaco, Donald Tusk, defensor de aumentar significativamente esta partida.