«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La ministra del Interior afirma que estas medidas buscan «proteger el orden democrático»

El Gobierno de Scholz pretende purgar por decreto a los seguidores de AfD que formen parte de la policía federal

Olaf Scholz y policías alemanes. Redes Sociales

La Policía Federal de Alemania ha emitido una advertencia severa a sus agentes: la afiliación o participación activa en el partido Alternativa para Alemania (AfD) podría derivar en sanciones disciplinarias graves, incluida la destitución del servicio público. Esta directriz, que forma parte de un decreto del Ministerio Federal del Interior fechado el 29 de agosto de 2024, ha generado polémica entre los funcionarios afectados y cuestionamientos sobre la neutralidad política y los derechos fundamentales.

Según una nota interna de la Policía Federal filtrada al medio Jungen Freiheit, «la pertenencia activa a un partido clasificado como de extrema derecha, como la AfD», es motivo suficiente para iniciar un procedimiento disciplinario obligatorio. La advertencia es contundente: los agentes que se presenten como candidatos o adopten un rol político activo en este partido pueden enfrentarse a despidos inmediatos.

La ministra del Interior, Nancy Faeser (SPD), subrayó que estas medidas «buscan proteger el orden democrático». «El Estado de derecho no puede tolerar que funcionarios, encargados de defender los valores constitucionales, cuestionen el sistema en su núcleo», explicó el ministerio en el comunicado. La disposición se extiende no solo a la AfD, sino también a grupos relacionados, como los «Sajones Libres» y la organización juvenil del partido, «Junge Alternative».

El alcance de estas sanciones disciplinarias incluye acciones más allá de la mera afiliación. Según el documento interno, cualquier comportamiento que implique un apoyo selectivo al contenido político de estos grupos también será considerado una actividad incompatible con el servicio público. Esta interpretación permite a las autoridades tomar medidas contra los funcionarios que adopten posiciones o acciones alineadas con dichas formaciones.

La decisión no ha estado exenta de críticas internas. Un informante anónimo de la Policía Federal calificó la medida como «una restricción inaceptable a los derechos fundamentales» y una «limitación significativa en la libre expresión política de los agentes». En su opinión, penalizar a los funcionarios por su afiliación a un partido que cuenta con el respaldo de más del 20% de la población es una violación de los principios de neutralidad.

El debate se intensifica por la revisión del Reglamento 100 del Servicio de Policía, que ahora incluye modificaciones en el artículo 1.5 sobre liderazgo y cooperación. Estas actualizaciones, según el comunicado interno, facilitan la implementación de medidas disciplinarias contra agentes con inclinaciones políticas consideradas incompatibles con los valores democráticos.

La polémica también ha reavivado la discusión sobre la neutralidad política en las fuerzas de seguridad. Mientras que el presidente de la Policía Federal, Dieter Romann, es miembro de la CDU, los agentes han sido advertidos de que cualquier vínculo con la AfD o su entorno político podría tener consecuencias irreparables para su carrera.

La medida ha sido vista por algunos sectores como un intento de excluir políticamente a ciertos funcionarios, generando un debate sobre los límites entre la defensa de la democracia y la restricción de los derechos individuales. La decisión del Ministerio del Interior marca un precedente en el manejo de la participación política dentro de las instituciones públicas en Alemania.

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