«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
misma agenda, otro país

El Gobierno del Reino Unido replica el modelo andaluz: cubrirá los lagos del país con paneles solares para alcanzar el «cero neto»

Energía solar fotovoltaica flotante.

El arranque de olivos centenarios en Andalucía para instalar placas solares ya tiene su eco en Reino Unido. El ministro de Energía británico, Ed Miliband, ha lanzado un nuevo plan para cubrir lagos, embalses, campos agrícolas y aparcamientos públicos con paneles solares en nombre del «cero neto». Una medida que, como en España, pone en jaque el mundo rural y sacrifica el paisaje y la tradición al servicio de una ideología globalista: la Agenda 2030.

La llamada «hoja de ruta solar» de Miliband prevé cuadruplicar el uso de esta tecnología en los próximos cinco años, hasta cubrir más de 376 millas cuadradas —una superficie mayor que tres veces Birmingham—. Con ello, el Gobierno laborista asegura que podrá abastecer siete millones de hogares y reducir 500 libras al año en la factura energética. Pero detrás del discurso verde se esconde la misma lógica que ya arrasa los olivares andaluces: subordinar el campo a las imposiciones climáticas.

El plan busca blindar legalmente este despliegue masivo, limitando la capacidad de los vecinos para oponerse a la instalación de paneles solares en cuerpos de agua y a la construcción de postes eléctricos en zonas rurales.

La ofensiva no se limita al agua: también se prevé el uso de más tierras agrícolas para la producción eléctrica, priorizando teóricamente los suelos de baja calidad, aunque se permitirá el uso de tierras fértiles si el promotor lo justifica.

Además, Miliband también planea impulsar la instalación de paneles «canopy» en aparcamientos públicos y quiere que los inquilinos puedan colocar paneles solares enchufables en balcones y tejados. A esto se suma la intención de obligar a incluir paneles solares y bombas de calor en prácticamente todas las viviendas de nueva construcción. Todo enmarcado en el objetivo de que el Reino Unido alcance el «cero neto» en 2050 y el 95% de la electricidad provenga de fuentes «limpias» en 2030.

Organizaciones defensoras del entorno rural ya han advertido de que este despliegue transformará radicalmente el paisaje británico. Kemi Badenoch, ministra conservadora, denunció hace meses que «granjas que han estado en manos de las mismas familias durante generaciones» están siendo arrasadas o reconvertidas en parques solares por culpa del delirio climático de Miliband.

Desde la oposición, el diputado Andrew Bowie ha calificado las medidas de «locura» y ha advertido de que los empleos en el sector del gas y el petróleo del mar del Norte están en peligro. «Es exactamente lo que llevamos advirtiendo todo este tiempo: políticas energéticas insensatas guiadas por una fe ciega en el cero neto, cueste lo que cueste», ha señalado.

Tampoco escapa a la polémica el origen de los materiales con los que se fabrican muchos de estos paneles. Miliband ha prometido «erradicar la esclavitud moderna» de las cadenas de suministro, tras las acusaciones de que muchos componentes proceden de China y podrían estar fabricados mediante trabajo forzado de minorías como los uigures.

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