«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
«NO LO HAREMOS BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA»

El Gobierno húngaro reitera a la UE que no aplicará su plan migratorio: «Queremos preservar nuestra identidad»

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Reuters

«Hungría sigue siendo el defensor de las fronteras exteriores de la Unión Europea. No importa la presión de Bruselas, la política fronteriza húngara dice sí a los solicitantes de asilo, pero no a la inmigración ilegal descontrolada». Esta ha sido la reciente declaración de Balázs Orbán, diputado húngaro y exsecretario de Estado, sobre los planes de la UE en política migratoria.

En la misma línea, Tamás Deutsch, jefe de la delegación del Parlamento Europeo del partido Fidesz, afirmó el pasado jueves que «Hungría no implementará las decisiones ‘defectuosas’ de Bruselas y el establecimiento de ‘guetos de inmigrantes’ bajo ninguna circunstancia».

Durante los últimos cinco años, Hungría ha recibido reconocimiento internacional por su política migratoria y su eficiente valla fronteriza, que ha impedido la entrada de más de un millón de inmigrantes a la Unión Europea. Deutsch destacó este logro como evidencia de la «determinación» de su país para «proteger sus fronteras» y «preservar» su «identidad cultural».

En una conferencia de prensa en Estrasburgo, el eurodiputado de Fidesz criticó las recientes propuestas adoptadas por el consejo de ministros de Interior de la UE, que incluyen cuotas de acogida de inmigrantes y la obligación de los estados miembros de establecer «campamentos».

Deutsch argumentó que estas decisiones reflejan una «ideología fallida y una práctica política del multiculturalismo», y están diseñadas para implementar un plan que respalda la «inmigración ilegal masiva» —impulsado por magnates como George Soros—. Según su perspectiva, permitiría la importación ilimitada de al menos un millón de inmigrantes al año y establecería un sistema de cuotas sin límite superior.

Y recordó que aquellos Estados miembros que se nieguen a acoger a los inmigrantes serían sancionados con una multa de 20.000 euros por cada inmigrante. Así, Hungría tendría que aceptar hasta 40.000 inmigrantes anualmente y procesar decenas de miles de solicitudes de asilo. Pero Deutsch dejó en claro que «Hungría no implementará estas medidas bajo ninguna circunstancia».

La postura de Hungría frente a la inmigración ilegal ha generado controversia en el ámbito europeo, dividiendo a los Estados miembros. Mientras algunos defienden su enfoque en la protección de sus fronteras, otros critican su postura por supuesta falta de «solidaridad» y de «cooperación».

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