Los traficantes de drogas han visto en los bloqueadores de pubertad, tan promocionados ahora por la industria woke, una nueva oportunidad de negocio, y en el Reino Unido ya se ha establecido un nuevo mercado negro para la venta de este tipo de medicamentos a adolescentes transgénero —o que creen serlo—.
Los menores de edad compran los bloqueadores a través de internet a distribuidores extranjeros, como ocurre con otro tipo de medicamentos ilegales o drogas. Las redes sociales, como Reddit, X o Facebook sirven de plataforma en las que los vendedores comparten enlaces a los sitios web en los que se pueden comprar estos medicamentos sin ningún control de edad ni prescripción médica.
El escándalo ha salido a la luz después de que un reportero de The Mail on Sunday se haya hecho pasar por una adolescente y haya comprado grandes cantidades de bloqueadores de la pubertad que le fueron enviados al Reino Unido desde países como Turquía, Hong Kong o Rusia.
Estas «farmacias online» ofrecen estas drogas por precios que van desde los 52 hasta los 228 dólares y ofrecen incluso la opción de «entrega urgente» o descuentos por realizar el pago con la criptomoneda Bitcoin.
El periodista del citado diario recibió en tan sólo siete días un bloqueador de testosterona llamado Bicalutamida a través de un vendedor turco que envió el medicamento desde Estambul. La Bicalutamida, que se vende bajo la marca Casodex, es un medicamento de venta con receta que generalmente se usa para tratar el cáncer de próstata.
La secretaria de Salud, Victoria Atkins, ha reaccionado a la noticia destapada por The Mail on Sunday. «Estoy consternada de que se estén vendiendo drogas peligrosas como esta a niños vulnerables y elogio el vital periodismo de interés público que hace The Mail on Sunday«, denunció. Y prometió estudiar «opciones legislativas» para terminar con la venta de estos medicamentos a través de paginas web.
Su denuncia ha sido compartida por el anterior secretario del ramo, Sajid Javid, quien ha denunciado que «estos potentes medicamentos nunca fueron diseñados para estar disponibles bajo demanda» por lo que la investigación periodística ha desvelado que «miles de niños están en riesgo«.
Otros políticos, como el diputado conservador Paul Bristow han calificado el asunto como «la peor pesadilla de cualquier padre». «Las personas que comercian con la distribución de estos productos pueden causar daños irreversibles a los menores«, ha denunciado.
Por su parte, desde Transgender Trend, una organización de padres, profesionales y académicos con sede en el Reino Unido preocupados por el rápido crecimiento de casos de «menores trans» durante los últimos años, han respondido a la noticia afirmando que «el Gobierno debe tomar medidas urgentes para detener el comercio en el mercado negro», pero también han exigido al Ejecutivo que sea «consecuente» y que impida «que las escuelas enseñen la ideología que hace que los niños piensen que necesitan estos medicamentos en primer lugar».
Estos tratamientos, que se utilizan para detener el inicio de la pubertad, fueron prohibidos para los menores de 18 años por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) en marzo tras las evidencias que han demostrado las consecuencias que pueden tener para la salud, sobre todo después de los casos denunciados en la clínica Tavistcock de Londres, que las recetó a cientos de niños y cuyo cierre se decretó tras varias demandas de pacientes.
Tras las denuncias, la doctora Hilary Cass elaboró un informe para el Gobierno británico en el que demostró que este tipo de drogas representaban un peligro para los niños y en el que denunciaba que «no hay evidencias» de sus consecuencias.