Al futuro canciller de la CDU Friedrich Merz le faltó tiempo para renegar de sus promesas electorales de control de fronteras una vez concluidas las elecciones legislativas, en vista de que ya preveía la necesidad de gobernar coaligado con el derrotado SPD de Olaf Scholz. Pero lo que los socialdemócratas van a exigir de Merz en ese sentido puede ser mucho, mucho peor de lo que nadie esperaba.
Los más entusiastas multiculturalistas en el SPD ya están elevando la apuesta, exigiendo al nuevo Gobierno medidas radicales para contar con su apoyo, como permitir el ingreso al país de medio millón de inmigrantes “cualificados» al año año y ofrecer «perspectivas» a aquellos que reciben órdenes de deportación.
El Grupo de Trabajo sobre Inmigración y Diversidad del SPD aboga por un nuevo rumbo en materia de inmigración que rechace el trazado por la CDU. El grupo argumenta que el país necesita 500.000 inmigrantes legales cada año, además de los solicitantes de asilo que suelen entrar al país de forma ilegal, lo que, según el grupo, ayudaría a reemplazar a los trabajadores jubilados.
“Solicitamos la aplicación de un programa federal de trabajadores cualificados para 500.000 personas al año con el fin de gestionar el cambio demográfico y satisfacer la demanda de trabajadores cualificados. Esto puede/debe incluir también a los refugiados que aporten cualificaciones o tengan potencial demostrable para obtenerlas en Alemania», escribió el grupo.
A las personas que se encuentran ilegalmente en Alemania tampoco se les debería obligar a abandonar el país, sino que se les debería ofrecer una “perspectiva” en Alemania. Los programas deben facilitar el acceso al mercado laboral, promover su integración y permitirles llevar una vida independiente en Alemania. Las deportaciones sólo deben considerarse como último recurso en casos claramente definidos y bajo determinadas condiciones, como en caso de reincidencia o abuso reiterado de los sistemas de asilo y de asistencia social.