La exención de visados para los rumanos a EEUU ha sido atrasada por la Administración Trump tras las críticas del vicepresidente a la situación política del país y la falta de cooperación en materia migratoria y de seguridad. Aunque oficialmente se ha intentado presentar como un simple asunto «técnico», las coincidencias y declaraciones recientes revelan un trasfondo mucho más complejo.
La medida ha encendido la reacción del líder soberanista George Simion, quien no ha tardado en cargar con dureza contra el gobierno rumano. Simion, al frente del partido AUR y actual favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales de 2025, ya había anticipado este escenario semanas atrás. «Lo dije el 6 de marzo: nos iban a dejar fuera, y nuestros dirigentes lo sabían. Me acusaron de alarmista. Hoy los hechos hablan por sí solos», ha sentenciado.
El desaire diplomático por parte de Washington llegó el mismo día en que varios medios estadounidenses publicaron una investigación sobre el creciente flujo de inmigrantes ilegales de origen rumano que cruzan por la frontera norte. Para Simion, esta simultaneidad no es casual, sino reveladora: «Nos quieren hacer creer que es por procedimientos administrativos, pero lo cierto es que el mundo empieza a notar las consecuencias de tener un país gobernado por incompetentes», dijo en rueda de prensa.
Mientras el primer ministro Marcel Ciolacu y el titular de Exteriores, Cătălin Predoiu, han optado por restar gravedad a la decisión de los Estados Unidos, justificándola como un ajuste en los procedimientos migratorios, Simion ha ido más allá y ha relacionado el problema con «décadas de decadencia institucional».
«Cuando un país expulsa a la mitad de su mano de obra y pierde a su juventud, los demás se dan cuenta. Pero no con compasión, sino con desconfianza», ha declarado. Desde su visión, la negativa de Washington es el reflejo de un país que ha dejado de ofrecer oportunidades a su población. «La gente no se marcha por gusto. Se va porque no puede más. Porque este sistema ha sido secuestrado por una élite que vive desconectada de la realidad».
El candidato presidencial ha puesto el foco en la emigración masiva como síntoma de un país fracturado. A su juicio, los rumanos abandonan su tierra por desesperación, no por ambición. «La corrupción, el clientelismo y la ineficacia han convertido a Rumanía en un país invivible para millones. Y ahora pagamos las consecuencias ante el mundo», ha afirmado.
Simion también ha acusado al gobierno actual de maquillar la situación en lugar de resolverla. «No se trata de lo que haga Estados Unidos, sino de lo que no ha hecho Rumanía. Aquí el problema no empezó en Washington, sino en Bucarest. Y aquí es donde tiene que terminar», ha afirmado, comprometiéndose a construir un país al que la gente quiera volver, no del que quiera escapar.