Europa atraviesa un momento crítico en el comercio mundial, acumulando dos años consecutivos de contracción en sus intercambios con el resto del planeta. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2025 las exportaciones e importaciones europeas se reducirán un 1,4% y un 2,3%, respectivamente. Este pobre desempeño limita el crecimiento económico de la región, que apenas alcanzará un 1,1%, muy por debajo del 4% esperado en Asia. La contribución negativa de Europa al comercio global, equivalente a 0,8 puntos porcentuales, resalta su papel como un factor determinante en la desaceleración del comercio mundial.
El débil desempeño europeo refleja su dependencia estructural de las exportaciones, ya que la región representa el 35% del comercio global. Sin embargo, factores como la atonía económica interna y las crecientes restricciones comerciales han agravado la situación. Desde mediados de 2023 hasta mediados de 2024, los países miembros de la OMC impusieron 169 nuevas medidas restrictivas al comercio, afectando transacciones por un valor de 837.400 millones de dólares. Estas barreras, que incluyen aranceles, cuotas y medidas antidumping, golpearon especialmente a los sectores de metales, productos químicos y plásticos.
Aunque en ese mismo período se aprobaron 291 medidas para facilitar el comercio, su impacto económico fue menor. Las restricciones al comercio, impulsadas por crisis como la pandemia y la guerra en Ucrania, han priorizado cuestiones de seguridad alimentaria, limitando la exportación de productos básicos como trigo, arroz y maíz. Aunque algunos gobiernos justifican estas políticas como cuestiones de seguridad nacional, la OMC estima que su impacto es limitado, afectando solo al 0,2% del comercio mundial.
En contraste, Asia mantiene su posición como motor del comercio global, con un crecimiento económico previsto del 4% en 2024. Mientras Europa se estanca, Asia lidera la recuperación del comercio, con China como un actor clave, pese a ser el país más investigado por subsidios y prácticas comerciales desleales. Desde 2020, China ha sido objeto del 34% de las investigaciones globales en derechos compensatorios, que afectan principalmente a los sectores metalúrgico y químico.
Además de los desafíos económicos, el comercio mundial enfrenta una creciente fragmentación por tensiones geopolíticas. Desde la invasión de Ucrania, los intercambios entre países con afinidades políticas han superado a los que ocurren entre bloques opuestos. Según la OMC, el comercio entre bloques comerciales definidos por patrones de voto en la ONU ha crecido un 4% más lento que dentro de los propios bloques. No obstante, la estructura general del comercio global sigue mostrando resiliencia, sin una clara transición hacia la regionalización o deslocalización.
En este contexto, el comercio global avanza de manera desigual. Europa representa la cruz de esta recuperación, mientras Asia y otros actores globales tratan de mantener el dinamismo en un entorno cada vez más marcado por el proteccionismo y la fragmentación geopolítica. El reto para Europa es enorme, ya que su papel en el comercio mundial sigue siendo crucial, pero sus perspectivas de recuperación son limitadas.