La población finlandesa ha comenzado a votar en unas elecciones presidenciales en las que no participa el actual jefe de Estado, Sauli Niinisto, tras superar el límite de mandatos y que terminarán por marcar un cambio de rumbo en el país nórdico tras su ingreso en la OTAN en abril del año pasado.
El presidente de Finlandia, encargado de dirigir las políticas de exteriores y de seguridad, también ejerce como comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Finlandia. En el contexto de la guerra en el este de Europa, el nuevo jefe de Estado se enfrentará a un contexto anómalo para el país nórdico.
Con la invasión rusa de Ucrania, Finlandia inició el camino hacia la adhesión a la Alianza Atlántica, abandonando así una histórica «neutralidad» a nivel internacional.
Entre los principales candidatos a la Presidencia destaca por encima del resto Alexander Stubb, candidato del gubernamental Partido Coalición Nacional. Stubb ejerció brevemente como primer ministro entre junio de 2014 y mayo de 2015, y después ocupó el Ministerio de Finanzas también por poco más de un año. También se perfila como favorito Pekka Haavisto, miembro de Los Verdes, aunque se presenta como candidato independiente.
Y Jussi Halla-aho, una de las principales figuras del Partido de los Finlandeses, que ejerce desde el pasado mes de junio la Presidencia del Parlamento. Halla-aho defiende posturas contrarias a la deriva globalista de la Unión Europea y a la invasión migratoria. «Esperemos que la participación también sea históricamente alta», manifestó en un mensaje en la red social X.